Manuel Cuenya, escritor leonés y berciano (del pueblo de mis abuelos,
Noceda), me ha entrevistado en el espacio "La Fragua Literaria", de la revista
Ileon.
Ha sido una entrevista preciosa, que me ha llevado a mis orígenes, vitales y literarios, y a recordar algunos de los mejores momentos de mi infancia. Todo ello, de alguna manera, se ha reflejado después en mis libros...
Aquí podéis leer la entrevista entera (si tenéis curiosidad, vais a saber detalles de mi vida y de mi infancia que quizás no conocíais).
Y aquí, algunos fragmentos y el cuestionario breve final:
«León, para mí, es la patria de la infancia, donde me formé y crecí, y donde nació mi amor por la naturaleza, las letras y el arte. De León y Astorga tengo muy buenos recuerdos de las escuelas a donde fui (ambas públicas, Santa Marta y San Claudio), de los maestros, y de las amigas que hice allí...», rememora con cariño y a la vez morriña la creadora de Ciudad de estrellas, una novela que naciera como un cuento simbólico, con la que obtuviera el premio Minotauro 2011. Un galardón Internacional de Ciencia Ficción y Literatura Fantástica que le despertó muchas expectativas de cara al lanzamiento de su carrera literaria, pues Minotauro y el Grupo Planeta le hicieron una buena promoción de su libro, pero finalmente no le sirvió de mucho. No obstante, ha continuado escribiendo con pasión.
«Quizás la lección que he aprendido es que ni el éxito ni el fracaso deben ser determinantes para tu carrera de escritor. Si lo eres, lo eres. No necesitas el reconocimiento de nadie para seguir creando», afirma con rotundidad y lucidez Montse de Paz, que se siente satisfecha con Ciudad de estrellas porque es una metáfora de lo que es nuestro mundo o lo que puede llegar a ser, al menos en las grandes ciudades.
Ciudad de estrellas, ambientada en una ciudad llamada Ziénaga, que se aparece con un cielo blanco durante el día y anaranjado durante la noche, nos hace recordar a dos novelas clave en la Literatura Fantástica y de Ciencia Ficción como son Un mundo feliz, de Huxley y 1984, de Orwell, dos distopías en las que ya estamos viviendo los seres humanos, bajo un control férreo y el yugo de lo artificial, de lo virtual, donde no existe la libertad, ni la espiritualidad, ni las emociones, apartados de la belleza y amorosidad que procura la Naturaleza.
«Un mundo o paraíso artificial y consumista, cerrado en sí mismo, donde se te ofrece todo en el plano material... Pero donde siempre viven personas con el alma hambrienta que buscan algo más y quieren romper las fronteras... Podría entenderse también como una moderna versión del mito de la caverna. O un relato iniciático y una novela de crecimiento, pues gira en torno a un personaje en busca de sí mismo. Y se puede leer como una reivindicación del mundo espiritual, del valor de la naturaleza y de la historia», sostiene esta licenciada en Filología Inglesa, que disfrutó mucho estudiando su carrera, pero que, desde muy jovencita, se ha dedicado de un modo profesional y vocacional a tareas humanitarias.
«Siempre me gustó leer, desde muy niña. Con siete años inventaba cuentos y los ilustraba a modo de cómic. Más tarde escribí otros relatos, siempre los dejaba a medias... Luego llegaron 'los años de silencio'. Aunque escribí mucho por motivos académicos y profesionales, jamás pasó por mi cabeza ser escritora ni dedicarme a la literatura. Hasta que, de pronto, surgió la inspiración. Fue una noche del verano 2004. Ese día apagué la tele ―no la he vuelto a ver más― y encendí mi ordenador, no para trabajar, sino para inventar. Empecé mi primera novela y ya no pude parar de escribir. Creo que algo que llevaba muy adentro surgió con una fuerza explosiva. Tardé un tiempo en asimilar lo que me sucedía. Pero desde entonces sé que no podré vivir un día sin escribir, al menos, unas pocas líneas... Han pasado quince años y sigo ahí», detalla la autora de La rosa de cuatro picos (historia inspirada en los maragatos, muchos de los cuales emigraron a América y fundaron colonias en Argentina como Carmen de Patagones, y aun en Uruguay), para quien escribir es como respirar, «escribir es vida». Y la escritura creativa es más que una forma de expresar lo que lleva adentro, porque asegura que todos tenemos algún talento artístico o creativo que necesitamos desplegar. Y el suyo es la palabra.
«No sé si a los demás les sirve de algo leer lo que escribo o no. Creo que en el mundo del arte el utilitarismo está fuera de lugar. ¿De qué sirve la belleza? Pero las cosas más inútiles también pueden convertirse en las más necesarias.»
Entrevista breve a Montse de Paz
«El consumismo, los medios de comunicación y las tecnologías se confabulan para que seamos una masa de robots distraídos y manipulables.»
¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?
La 'Ilíada', 'Madame Bovary', 'Los hermanos Karamazov', 'El Señor de los Anillos', las 'Sonatas' de Valle Inclán. Y algunos libros de la Biblia.
Un personaje imprescindible en la literatura (o una persona en la vida).
¿En la literatura? Don Quijote.
¿En la vida? Jesús de Nazaret.
Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).
No lo sé... He leído libros que no he sido capaz de terminar, pero prefiero no mencionarlos. Todo autor, como persona y como creador, es respetable, aunque su obra no te guste.
Un rasgo que defina tu personalidad.
La fidelidad.
¿Qué cualidad prefieres en una persona?
Que sea capaz de apasionarse y entregarse.
¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?
La política: es un circo de poder, un 'Juego de Tronos' con guión malo y aburrido. Lo que debería ser una vocación de servicio a la sociedad se ha convertido en un feudalismo donde todos luchan contra todos por arrebatar un pedazo del botín. ¡Primitivo y penoso!
La sociedad: hay un enorme potencial. La gente no es tonta, la gente tiene sed de sentido, de vida, de crecimiento. Y tenemos más información y recursos que nunca. Pero al mismo tiempo hay una enorme desorientación y demasiados factores que nos adormecen y nos atontan. El consumismo, los medios de comunicación y las tecnologías se confabulan para que seamos una masa de robots distraídos y manipulables. Las ideologías de todo tipo hacen estragos en la mente. Vivimos sometidos al "pan y al circo" y pocos hacen el esfuerzo de despertar y salir de esa corriente. Aún y así personas despiertas, ¡haberlas, haylas! Esa es la esperanza.
¿Qué es lo que más te divierte en la vida?
¡Escribir! Y leer. Y caminar por la montaña, viajar, contemplar una obra de arte... Jugar con los niños. Y hablar con un buen amigo sobre temas que me apasionan.
¿Por qué escribes?
Es una necesidad vital: crear mundos, personajes y vidas que expresan de algún modo las inquietudes que llevo adentro, y compartirlas con los lectores.
¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?
En mi caso no, porque no estoy presente en ellas. Supongo que si entrara, me ayudarían a condensar las ideas en pocas palabras... ¡Un buen ejercicio literario!
¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?
En estos momentos, la historia y la Biblia. También me inspiran mis experiencias vitales y lecturas muy variadas, conferencias o conversaciones que he mantenido, reportajes... A veces, los sueños. Mis fuentes son una mezcla de todo ello y, como ves, no siempre son literarias.
¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?
Hay blogs literarios muy buenos, pero no los sigo con regularidad. El mío lo voy actualizando, con no mucha frecuencia, quizás una o dos veces al mes. Empecé explicando mis experiencias a la hora de publicar los primeros libros, y luego he añadido toda clase de temas. Se centra en tres líneas: literatura, cómo llegar a publicar y una miscelánea (arte, experiencias, etc.)
Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.
Todo existe por amor, y está llamado al amor.
(Aunque cueste verlo.)
Nota: la foto de Noceda vista desde la sierra es gentileza de Roberto González Santalla.