Slow reading

He leído con entusiasmo este artículo publicado en The Atlantic.

El tema está comentado por Manuel Almeida en su blog Mangas Verdes, quien cita a Antonio Ortiz en su artículo En defensa del slow read. Y navegando, navegando, llegué a la fuente: el artículo de Maura Kelly, que no tiene desperdicio.

Os invito a leer los tres. El de Maura Kelly está en inglés, pero en unos pocos días, si encuentro algo de tiempo, voy a traducir al menos los párrafos que más me han impactado. Desde luego, ¡yo me apunto al Slow!

Aquí dejo dos frases:

¿Por qué damos tanta importancia a lo que entra en nuestras bocas, y tan poca a lo que entra en nuestra mente?

Lee libros. Tanto como puedas. Sobre todo, clásicos (es una cita de Michael Pollan).

Ciencia ficción, pasado, presente y más allá I

"Una jornada para debatir la evolución, el presente y las perspectiva de un género interdisciplinar que un día quiso rivalizar con la realidad."

Este es el enlace al evento en el he tenido la oportunidad de participar, el viernes 16 de marzo, en la Universidad Rovira Virgili de Tarragona. Debo agradecerlo a mi antiguo profesor de Utopia en la Universidad de Lleida, Pere Gallardo, que me invitó a exponer en una charla mis motivaciones a la hora de escribir ciencia ficción y a hablar de mi novela, Ciudad sin estrellas.

Ciencia ficción, pasado, presente y más allá II

Aquí van algunos resúmenes, muy breves y seguramente incompletos, de las ponencias que hubo en la conferencia a la que tuve el gusto de asistir. Si os entretenéis leyendo, veréis que se tocaron muchos temas, algunos de ellos darían para horas de debate. Estas son las primeras intervenciones.

Family and friendlyPere Gallardo, Universitat Rovira Virgili

P. Gallardo intenta extraer una hipótesis sobre la ideología del cine de ciencia ficción norteamericano a partir de un estudio de las películas de ciencia ficción de las últimas décadas. Pero sus conclusiones son muy diferentes a las inicialmente supuestas.

En primer lugar, constata que en todas estas películas aparecen familias disfuncionales: desde ET, Jurassic Park, La guerra de los mundos, etc., en todas ellas hay niños huérfanos, padres solos y mujeres con maternidades insatisfechas.

En segundo lugar, comenta el hecho de que Hollywood siempre ha sido asociado con una ideología de corte progresista, moderna, abierta, “cool”.

La conclusión sería que las películas producidas por Hollywood deberían ser filmes progresistas... ¡pero no lo son! La mayoría muestran una filosofía conservadora hasta grados “patéticos”, afirma Gallardo. Las factorías de ciencia ficción producen películas conservadoras con el fin de aupar cierta ideología y de distraer, fundamentalmente.

En la utopía se da una tensión entre el presente y algunos elementos alterados de este. Las películas aportan un mecanismo de compensación de las carencias o necesidades de la sociedad: un personaje, a veces un extraterrestre, o llegado de afuera, llega a cubrir los huecos emocionales y resuelve la disfunción familiar existente.

Concluyendo, la ciencia ficción en los filmes americanos genera un buen negocio, pero necesita introducir elementos de conflicto humano tradicionales para despertar el interés del público.


La escatología de la ciencia ficciónBill Phillips, Universitat de Barcelona

Bill Phillips inicia con una afirmación rotunda: la ciencia ficción es una forma de narrativa teológica.

Tradicionalmente, en el mundo anglosajón, se ha dicho que el conflicto católico-protestante se ha simbolizado por el enfrentamiento entre dos géneros: la fantasía ―católica― y la ciencia ficción ―protestante—. [¡Curiosa idea!!]

Uno de los interrogantes que suscita la ciencia ficción contemporánea en lengua inglesa es el futuro del ser humano y, en concreto, una especulación sobre el futuro del cuerpo y la mente.

El tema del rejuvenecimiento, la eterna juventud ―gracias a la telomerasa y la modificación genética de las células― es tratado por varios autores de la literatura inglesa actual.

Otro tema explorado es la manipulación de la mente, que se considera una estructura programable.

Otro tema es la realidad virtual y su mezcla con la vida real.

Finalmente, también se da una especulación sobre la naturaleza del alma y la posibilidad de una vida después de la muerte.

Phillips comenta la obra de los seis autores punteros en narrativa de ciencia ficción inglesa hoy:

―Peter F. Hamilton
―Iain M. Banks
―Dan Abnett ―militar
―Neal Ashew
―Richard Morgan
―Alastair Reynolds ―físico

Prosigue leyendo un diálogo de una novela de Iain Banks entre dos personajes. Uno de ellos ―Herzog― dice: «La utopía es un mito peligroso, y más valdría encarcelar a quienes la defienden».

Phillips afirma que toda utopía creada por un autor de ciencia ficción es, en realidad una distopía. Iain M. Banks sí crea una utopía en la serie The Culture, pero en su última obra echa por tierra toda la realidad ideal que creó.


La identidad post-humanaRocío Carrasco, Universidad de Huelva

En su ponencia, Rocío Carrasco explica que ha estado investigando la ciencia ficción desde una perspectiva de género. Le interesa ver cómo la ciencia ficción aborda este tema, y al mismo tiempo quiere hacer una reflexión sobre qué significa ser humano.

Su estudio la ha llevado a explorar muchos aspectos de la ciencia ficción: la teoría del ciber-género, el ser post-humano, la simulación, la realidad virtual, las experiencias corporales bajo estimulantes artificiales, la conexión mente-cuerpo, el debate sobre la mente —¿es pura biología + información?— y una redefinición de lo que es el cuerpo humano.

El resultado de su estudio le ha mostrado que en la ciencia ficción hay una gran variedad de enfoques y tendencias, a veces contradictorias.

En cuanto al tema del género, ha estudiado el feminismo frente a la visión del rol masculino en la ciencia ficción. Comprueba que la realidad virtual y los mass media reproducen una sociedad todavía teñida de desigualdad de género. De ahí surge el sueño de la “descorporación” ―disembodiment― o liberación del cuerpo para adquirir una nueva identidad. Esta liberación o trascendencia del cuerpo se puede obtener a través del placer y de otros medios que explora la ci-fi. Pero, ¡alerta! Puede ser peligrosa, pues puede comportar la pérdida del cuerpo.

Rocío constata una paradoja: la ciber-realidad y la virtualidad acaban reflejando la subjetividad humana y atribuyen un cuerpo a la persona. Se da una virtualidad corpórea. Es un tema a estudiar más a fondo.


Aliens
Irene Sanz, Franklin Institute, Universidad de Alcalá de Henares

Irene Sanz nos habla de la evolución de la figura del alien a través de las películas americanas sobre este tema, más concretamente la serie Alien, I, II y II.

También comenta que la irrupción de la mujer en el mundo de la ciencia ficción ha aportado cambios al género, con un punto de vista femenino que desafía algunos valores tradicionales.

En los filmes, los aliens o robots suelen ser una amenaza para el orden patriarcal y masculino establecido.

El conflicto humano - no humano explora la identidad y la “otredad”. Los vínculos con el otro son necesarios para la persona. Necesitamos de nosotros mismos y de los demás para forjar nuestra identidad. El riesgo se da cuando esta relación yo-otro se convierte en una relación de poder, de subyugación. Entonces la relación deviene alienante y opresiva. La otredad puede dar lugar al poder, el poder a la discriminación, y esta a la opresión.

La relación entre aliens y humanos es fascinante. Los aliens en las películas aparecen como monstruos violentos y destructores. Tienen inteligencia, pero no sentimientos. Son invasores. En cierto modo simbolizan la amenaza exterior y el miedo de contaminación ante el extranjero ―explicable en ciertos contextos políticos internacionales―.

En la primera mitad del siglo XX los aliens son claramente invasores amenazadores del planeta.
En la segunda mitad del s. XX la línea que separa a humanos y aliens comienza a difuminarse. Ya no es tan clara. Vemos esta evolución ilustrada en la serie Alien.

El alien es un monstruo negro ―símbolo del mal y la destrucción―. Y se enfrenta a la mujer. La frontera entre alien y mujer cae en el tercer film: con el embarazo de uno de los personajes, se abre la posibilidad de que haya una mezcla genética. El alien ya no es “el otro”, el extraño. La mujer se convierte en un “otro”, los aliens ya no son monstruos, sino extranjeros de quienes también los humanos pueden aprender y enriquecerse culturalmente.


La ficción del viaje en el tiempo y los juicios de SalemMarta M. Gutiérrez, Universidad de Valladolid

Marta M. Gutiérrez nos comenta el tema de la ficción del viaje en el tiempo como recursos literario para explicar la memoria histórica. Y comenta sdos novelas cuyo trasfondo son los juicios a las brujas de Salem: Witch Woman de Jeanette Barker y Otra novela de XXX.

Estas dos novelas se inspiran en hechos del pasado y ofrecen una interpretación nueva de la historia.

Desgranando la estructura y los viajes en el tiempo que se dan en las novelas, Marta explica cómo el viaje se da hacia el futuro y hacia el pasado, de forma bidireccional. Y estos desplazamientos temporales alteran el pasado.

En todas ellas hay un personaje que actúa como hilo conductor, insertado en una línea de mujeres a lo largo de varias generaciones, desde los tiempos del juicio de Salem hasta un futuro siglo XXII.

En las novelas aparecen otros temas, como la existencia de un objeto amuleto que permite ese viaje en el tiempo y conflictos humanos, los celos y la venganza.

Con el recurso del salto temporal, las tramas adquieren una gran complejidad.

Las novelas también alertan del riesgo del viaje en el tiempo: puede causar aislamiento social o desencadenar un final apocalíptico.

Ciencia ficción: pasado, presente y más allá III

Aquí continúo con breves reseñas de las ponencias a las que pude asistir.


Antiutopía y la imaginería del asedio en los filmes americanosSamuel N. Fernandez, Universidad Pablo de Olavide

La crisis, comenta Samuel N. Fernández, ha suscitado una narrativa que intenta construir un futuro. En los filmes de ciencia ficción norteamericanos, esta visión futura está cargada de cierta ideología.

Detrás de las películas podemos ver una búsqueda o una afirmación de la identidad nacional.

Un tema recurrente es el enfrentamiento individuo-sociedad.

También se da la “mentalidad de fortín” ―garrison mentality― o de guarnición, que surge de las primeras comunidades de pioneros que colonizaron el país. Eran pequeñas, aisladas y amenazadas ―el Far West― y sobrevivían en medio de un entorno hostil. La colonización norteamericana, realizada con un afán de lucro, genera esta mentalidad. En el proceso, se da un encuentro con las culturas indígenas y sus valores teosóficos. También aflora la herencia puritana de los colonos, con una visión apocalíptica del mundo.

La literatura que surge de aquí hace una reflexión sobre la identidad americana. Podemos ver en ella varios enfoques.

―La primacía de la supervivencia, como en Margaret Atwood.
―La idea de “regeneración mediante la violencia”, de R. Slotkin.
―La cultura de la victoria, como en Tom Engelhardt.

Los dos últimos, en su obra, exploran cómo nace una épica nacional y se crea una mitología propia, que evoluciona y pervive hasta el presente.

En la psique americana se da un trauma. Hay un conflicto entre la tendencia mística y la lucha contra el antagonista, el enemigo, tanto interno como externo ―extranjero, lejano, diferente, “malo”―. Esto se refleja en los filmes de guerra, los thrillers, los westerns y los de ciencia ficción.

Susan Sontag afirma que todos ellos aportan una respuesta inadecuada al conflicto. Es una respuesta reaccionaria, simplista, pobre. La idea de “domesticidad” y de una misión histórica de los Estados Unidos en el mundo genera toda una literatura de invasiones de monstruos, amenazas exteriores y miedo.

Los filmes norteamericanos se aferran a los viejos valores y, políticamente hablando, son conservadores y resaltan la amenaza de la invasión exterior, llevándola a un nivel de conflicto cósmico. Toda una serie de películas han surgido después del 11-S.

El peligro externo puede reforzar la identidad nacional, con lo cual se produce una corrupción de la utopía: esta se convierte en una anti-utopía, como vemos en The village, de Shyamalan. Otro resultado de esta amenaza puede ser una visión nihilista de la sociedad americana, como en el filme The mist.


La ciencia no-ficción del presente: la figura del astronauta en el reportaje Son and Moon de Manuel HuergaSara Martín, Universidad Autónoma de Barcelona

Sara Martín aborda una película de ciencia no-ficción que muestra cómo es la vida de un astronauta en contraste con la imagen que de los astronautas arroja la ciencia ficción.

Manuel Huerga realizó este documental, Son and Moon, siguiendo la vida cotidiana del astronauta López-Alegría en su permanencia récord de casi 9 meses en el espacio.

Algunos aspectos que evidencia el reportaje son el altruismo que motiva al astronauta y la relación padre–hijo en la distancia, vista a través del diario del astronauta.

El constraste entre la ficción, glamorosa, y la realidad, más prosaica, es claro: el público prefiere la ficción. Pero las emociones conquistan también el espacio en la realidad. A través de su diario, el padre va dialogando con su hijo. Le pide que luche por alcanzar sus sueños, como él lo ha hecho, aunque ha sido a costa de un precio emocional y familiar muy alto, como lo es la larga separación.

Huerga, director catalán, refleja en su trabajo una sensibilidad europea y catalana.

Un aspecto que obvia este film es el papel de la mujer. La esposa de López-Alegría también tiene un rol destacado en el mundo de la exploración espacial. En cambio, su hijo no se muestra en absoluto interesado por el espacio y dice querer ser arquitecto... o actor.

Otro film, Daugther and stars, ahonda en la relación madre-hija, siguiendo la trayectoria de Sunita Williams, la mujer que detenta el récord de permanencia en el espacio ―195 días―.


La presencia de la ciencia ficción en el cómic americanoFrancisco Sáez de Adana, Universidad de Alcalá de Henares

El cómic en Estados Unidos nació a finales del siglo XIX en forma de tiras que relataban historias. Estaban insertas en revistas periódicas y cada tira continuaba en las siguientes entregas.

La ciencia ficción en el cómic se considera que apareció en el 1929, con series como la de Flash Gordon. Al mismo tiempo aparecieron otras fantásticas.

El superhéroe es la primera figura destacada de estos relatos en cómic. Figuras como Supermán y el Capitán América adoptan un cariz político y se convierten en símbolos de la lucha contra el crimen, contra los nazis, contra los “malos”... Estos héroes proceden de otros planetas y en su origen hay algo sobrenatural o fantástico, pero sus aventuras en sí no son ciencia ficción.

Con Skymasters comienza a desarrollarse la ciencia ficción futurista, donde la tecnología y las naves espaciales comienzan a ganar protagonismo. Es interesante señalar dos aspectos: el cómic se consideraba un entretenimiento de niños y, por tanto, debía transmitir ciertos valores de la sociedad americana. Por eso se le aplicaba la censura. A veces, esta censura tenía tintes racistas.

Pero el cómic llegó a ser muy popular, alcanzando los diez millones de lectores en todo el país. Series como Seduction of the innocent, en absoluto destinadas a los niños, eran seguidas por muchos adultos.

En los años 80 llega el “Universo Marvel”. Se agotan los clásicos superhéroes y un nuevo héroe emerge, más realista, más relacionado con la ciencia ficción. El mundo está regido por la tecnología, posee sus propias reglas y aparecen extraterrestres y mutantes. Así encontramos series como X-Men, The fantastic four y otras. La histeria ante los mutantes y el miedo a un holocausto mundial caracterizan estas historias.

Los avances de la física cuántica, que posee sus propias reglas, diferentes de las del universo newtoniano, han influido en las últimas generaciones del cómic. Las nuevas versiones de Batman y Superman aplican la física cuántica a su ideas del espacio y del tiempo.


La búsqueda de la memoria en Octavia Butler
Myriam Mubiyaki

M. Mubikaki explora el tema de la memoria histórica en las novelas de Octavia Butler Kindred y Fledging. Octavia Butler es una escritora de fantasía y ciencia ficción de origen afroamericano. Como muchos autores negros, Butler se preocupa por la búsqueda de identidad. La comprensión de la historia permite entender el presente y trazar un futuro de libertad e identidad propia.

En Kindred, Octavia Butler trata el tema de las raíces, la cultura ancestral, los orígenes.

En Fledging, el tema predominante es la reconstrucción de la memoria. El pasado ayuda a crear el futuro. El recurso al viaje en el tiempo se utiliza como medio para explicar este pasado. El viaje no se produce a través de una máquina, sino mentalmente.

Otros temas a destacar en Butler son el racismo, la esclavitud, la experimentación genética y el horror de la guerra, para el que no hay explicación posible.

La ruptura familiar, causada por la esclavitud, priva a la persona de sus raíces. El tema de los padres perdido, muy habitual en la literatura americana, es una alegoría de esa necesidad de una comunidad vital y de un grupo que ofrezca protección y sentido. El alien ―el otro― no es tanto un enemigo del que protegerse, sino que muestra la necesidad de pluralidad en la sociedad.

Cuando los fallos se pueden perdonar...

Robert Graves y La hija de Homero.

Hace unos meses releí esta deliciosa novela, en la que Graves desarrolla la tesis de Samuel Butler, según la cual la Odisea fue escrita por una mujer.

En el último capítulo de la novela hay unos cuantos párrafos que constituyen una divertida lección, no exenta de humor y malicia, sobre el arte de crear historias.

¿Qué nos enseña Nausicaa tras componer su poema épico y pelearse con el bardo Femio, del gremio de los Hijos de Homero, que ha de cantar su relato hasta los confines del Mediterráneo?

En primer lugar, que un escritor, como decía Paco Umbral, tiene mucho de pirata. Toma prestados temas, ideas, personajes y, ¡hasta párrafos!, de autores anteriores. Así, nuestra poetisa rapiña sin escrúpulo alguno frases de otro poema famoso que se le quedaron grabadas: «Me odió por tomar prestados pasajes de la Ilíada para los que él consideraba contextos inapropiados, y le enfureció encontrar las líneas de Homero sobre el agua calentada para lavar el cuerpo de Patroclo ahora utilizadas para describir el baño caliente preparado para Odiseo…». Copia metáforas, imágenes, tópicos, y los pone allá donde le parece. ¿Por qué no?

En segundo lugar, que un autor, a la hora de escribir ficción, es totalmente libre. Libre para tomar una leyenda y hacer su propia versión, adaptándola y modificándola a su gusto y conveniencia. Para utilizar unos personajes, inventar otros o modificar su rol en la historia. Para saltarse los parentescos mitológicos de héroes y dioses: «―Mi querida princesa, todos los cíclopes que viven en las fraguas del Etna son hijos de Urano, el abuelo de Poseidón, y la Madre Tierra. ―El mío es un cíclope excepcional ―le espeté―. Su padre es Poseidón, y guarda sus ovejas en una cueva sicana…»

En tercer lugar, que una buena historia, contada con la suficiente gracia, puede permitirse el lujo de tener agujeros en la trama o caer en detalles falsos. ¡La habilidad del narrador suplirá los huecos! Esto me llamó mucho la atención y me hizo sonreír: «Lo admito, cometí varios fallos estúpidos que desearía corregir: por ejemplo, cuando compuse la historia de cómo Odiseo escapó de Polifemo, el Cíclope, coloqué un timón en la proa de su barco y otro en la popa […] Y he descubierto que uno no puede cortar madera de un árbol verde como lo hizo Odiseo en Ogygia, y que los halcones no comen su presa durante el vuelo ni por milagro, y que se necesitan más de dos o tres hombres para colgar a una docena de mujeres simultáneamente de la misma soga. ¡Ay!, cuando un verso echa a volar, ya no puede ser recuperado ni cambiado; ni puedo acusar a Femio por no señalarme estos errores. Se dan en pasajes donde él criticó otros aspectos, y le había amenazado con una dieta de pan y agua si cambiaba una sola palabra.»

Más grave aún es este otro error, y supongo que, como yo, muchos otros lectores de la Odisea no habremos caído en la cuenta: «Olvidé, en mi relato sobre la masacre, que los amantes de Penélope ―que convertí en pretendientes porque la leyenda, como decía Femio, podía disgustar a una audiencia decente― podían haberse armado con esas doce grandes hachas a través de las cuales Odiseo disparó su arco, y utilizarlas para descuartizarlo a él y a sus hombres. Pero Homero, estoy segura, también se equivocó algunas veces, y me congratulo pensando que mi historia es lo bastante interesante como para que los oyentes de Femio sean ciegos ante sus fallos, aunque él esté resfriado, o los manjares estén mal guisados, o se queden sin vino antes de tiempo».

Ya veis, hasta un fallo gordo como éste, en el clímax de un relato, puede ser perdonado cuando el narrador ha logrado cautivar a su audiencia.