Pues sí. Desde que empecé este blog, ¡en el año 2007! han pasado más de quince años. Y el panorama que se abre hoy ante los escritores, noveles y curtidos, es muy diferente.
Llevo casi veinte años escribiendo por gusto y por pasión, y
catorce años publicando e intentando publicar. Desde 2008 he publicado más de
35 libros, ocho con editoriales tradicionales y solventes, los restantes
27 en Amazon. Sin contar los más de doce libros que tengo inéditos,
guardados en las «neuronas» de mi ordenador. ¿Buena cosecha? Según se mire. En
términos comerciales, diría que tengo un enorme stock acumulado y poca salida.
Ventas modestas. Un público escaso, aunque fiel y que ama y valora mis
escritos.
En estos casi quince años he pasado por todo: he encontrado agente,
he publicado con grandes sellos, he ganado un premio importante, mi agente me
despidió, he sido autora indie y he publicado tres libros sin necesidad de
agente... He sufrido mis altibajos, ¡sin dejar de escribir jamás! y finalmente
vuelvo a trabajar con una nueva agente que me comprende, aprecia mi trabajo y me
está brindando una confianza y una transparencia que desconocía en el mundo
editorial.
Cambio de panorama editorial
Cuando empecé a publicar fue en una época de boom editorial,
justo antes de la crisis del 2009 y años siguientes. En esos años se nos
abrieron las puertas a muchos noveles. Pero llegó el crack.
Hemos empalmado esta crisis con la de 2020 y el
panorama ha cambiado mucho. Hoy día, las oportunidades para los noveles en el
mundo editorial se han desplomado. Si no eres un autor ya consolidado, una
celebrity o un influencer con miles de seguidores en redes sociales, ¡despídete!
O tu obra es genial, o encaja muy bien con lo que busca la editorial, o le
gusta especialmente al editor, o te cerrarán la puerta en las narices. El mundo
editorial es un negocio, y en todo negocio que se precie, recuérdalo bien, lo
que importa son las ganancias.
Pero, al mismo tiempo que se cerraban unas puertas, se ha
abierto el campo vastísimo de la autopublicación. No sólo en Amazon,
aunque esta es la plataforma más utilizada. Hoy, cualquiera puede publicar un
libro con una calidad muy aceptable. Otra cuestión será la edición y el contenido.
En Amazon hay muchos bodrios, diamantes sin pulir y perlas prodigiosas, como en
todas partes. La clave es saber qué buscas, cómo encontrarlo, y que ese tesoro se
deje encontrar para llegar al lector que lo busca.
La gran ventaja es que Amazon ha democratizado la publicación
de libros, haciéndola accesible a millones de autores que, de otro modo, no
verían publicada su obra. También permite que se divulgue contenido que no es
de rabiosa moda o actualidad, sobre temas especializados o dirigido a mercados
reducidos o muy concretos.
Y Amazon, así como otras plataformas, ofrece herramientas
para dejar satisfechos a autores y a lectores. Sólo hay que conocerlas.
Qué he aprendido como autora
Que, tal como me dijo mi primera mentora, muchos años
atrás, cada libro es una batalla (mejor dicho, una guerra) que luchar. Y que
publicar una vez no significa nada. Hay lanzar el ataque y mantener el pulso
una y otra vez.
Que para aprender a escribir realmente bien, como también me
señaló ella, se necesitan mínimo diez años... o diez mil horas, o tiempo,
y no poco. Porque si estás vivo como escritor, creces, evolucionas y mejoras.
No basta saber contar una historia y no cometer faltas ortográficas ni
gramaticales. El arte de relatar pide algo más.
Que a escribir se aprende escribiendo, claro, pero una buena
formación y orientación externa siempre ayuda, porque uno nunca es buen
maestro de sí mismo y mucho menos buen juez de sus propias obras. Por supuesto,
hay que encontrar los cursos y el maestro o guía adecuado. Y el trabajo siempre
lo harás tú.
Y ahora, la lección más importante (y dura): no basta conseguir
publicar tu libro: ¡hay que venderlo! Y desengáñate, el 99 % de los
autores no serán agasajados por la editorial, ni por la prensa, ni por los
medios. Si no eres un famoso o un ya consolidado best-seller, de la promoción
tendrás que preocuparte tú. Y esto significa: organizar presentaciones,
moverte con los libreros, contactar con la prensa, llamadas a amigos y
conocidos, presencia frenética en redes sociales y, sí, también, plantearte
hacer anuncios de pago.
¿Vender??
Lo siento, amigo, si eres uno de los muchos escritores (como
yo) que «ama escribir y odia vender»: o te espabilas, o no te comerás un rosco.
No te queda otra: tienes que aprender a vender tus libros y venderte
a ti.
Y vender significa varias cosas: la primera, tiempo. Vas
a tener que dedicarle horas. La segunda, formación: tienes que saberlo
hacer, no vale de cualquier manera, hay técnicas y estrategias, es todo un arte.
Y la tercera: money. Sí, vas a tener que invertir dinero, como cualquier
empresa que invierte en marketing y publicidad.
En estos últimos años he aprendido más sobre esto, y sigo
aprendiendo. El mundo de la venta de libros es todo un universo. Una se queda
embobada escuchando a esos autores que, después de vender millones de
libros por Amazon, ahora se dedican a compartir sus conocimientos en estupendos
cursos magníficamente diseñados, con los mejores recursos y la mejor tecnología
y calidad. Todos ellos anglosajones, ¡USA es el reino del marketing y la
comunicación! Qué bien saben hacerlo. Y lo fantástico es que te enseñan todos
sus trucos y saberes para que tú también triunfes con tus libros.
Eso sí, de nada sirve vender bien si el producto no es
bueno, o no es lo que el público espera. ¡Las trampas no valen!
¿Pueden hacerlo otros por mí?
Y la pregunta del millón es... Bueno, soy un autor indie.
Amo escribir, pero no sé vender, ni me gusta, y no quiero perder mi tiempo en
eso. ¿Puedo subcontratar esos servicios a una empresa que lo haga por mí?
La respuesta, por lo que sé, es: sí y no. Sí, porque hay empresas
que se dedican a eso. Ellas te colocan el libro, lo posicionan en buscadores,
te redactan un texto atractivo y vendedor, incluso pueden diseñarte la cubierta
y sugerirte títulos y subtítulos cautivadores.
Pagas religiosamente tu cuota y a esperar.
Y después, ¿qué?
Pues la mayoría de veces los resultados son modestos, cuando
no pobres. Ni siquiera cubren la inversión gastada.
Entonces te dicen: Bueno, es que el libro es lo que es... El
género no es comercial. Hay mucha competencia... El mercado es pequeño. Tú como
autor no eres un influencer, ni tienes muchos seguidores en redes sociales... Los
lectores no hacen reseñas, o las reseñas no son buenas... Nosotros podemos
ayudarte, pero el resto depende de ti, del libro, del momento, de...
Según uno de estos autores que ofrece formación en ventas y
anuncio de libros, no existen empresas que hagan eso por ti. Sorry, but... Las
pocas que existen requieren ciertas condiciones (de ti como autor y de tus libros,
necesitas tener unos cuantos publicados y de género comercial). Te ayudan a
posicionarte, a diseñar algo potable y a lanzar campañas a todo pasto. Si
quieres resultados, te ofrecen unos precios fuera del alcance de la mayoría de
bolsillos (a menos que pidas un préstamo). Por ejemplo, una inversión de no
menos de 1500 o 2000 euros al mes. Sin garantías de que eso funcione a corto o
a medio plazo.
De modo que... ¡más vale que aprendas a vender!
Dos imprescindibles
Sin olvidar un principio fundamental de la venta: la demanda.
Si tu libro no es algo que desea, necesita o codicia el público lector (el
mercado), por mucho marketing que le metas, no funcionará.
Y otro principio, el desencaje o la incoherencia. Si
tu libro está mal enfocado, es decir, su contenido no se corresponde al género
y a la imagen con que lo estás vendiendo, tampoco saldrá bien. Ejemplo: no
vendas una novela romántica con una cubierta futurista propia de ciencia ficción
(a menos que cultives un género mixto). O no vendas una novela policíaca con
una cubierta de estilo romántico. O no vendas un libro sobre finanzas y
criptomonedas con una imagen zen propia de un libro de yoga. Exagerado, pero
queda claro.
¡Dios mío, he acabado hablando de ventas!
Quería hablar de escribir y he acabado hablado de ¡vender! Pero
es que, a fin de cuentas, si escribimos es para publicar, y publicar es vender,
ni más ni menos. Escribir-publicar-vender todo forma parte de un enorme
negocio: la comunicación. Y si escribes novelas (no ensayos ni manuales prácticos)
escribir-publicar-vender no es más que el arte de crear otros mundos y
ofrecerlos al mercado para evadirse, por unas horas, de la gris y pesada
realidad. La pregunta del millón es: ¿cómo convencer a los lectores de que
entren en tu fabuloso mundo?
¿Cómo atraerlos? ¿Cómo seducirlos? ¿Cómo hacerles caer en la
dulce tentación, y después no defraudar sus expectativas? Porque si las
cumples, y las cumples con creces, repetirán. Fidelizarás a tu público y lo
ampliarás.
Esto es lo que hay. Si amas tus libros, esos hijitos salidos
de tu imaginación y de tus dedos encallecidos de tanto teclear, te preocuparás
de lanzarlos al mundo y que lleguen a su destino. Les pondrás alas para volar e
impulsarás su vuelo con todo el esfuerzo y la creatividad posible.
Qué rabia que te digan esto: Si eres buen escritor, ¡seguro
que sabrás redactar un fantástico texto de menos de 150 caracteres para seducir
al público!
¿Existe una fórmula mágica? No te queda otra que probar,
como los alquimistas medievales, ensayando una y otra vez hasta dar con la
piedra filosofal que convierta tus páginas escritas en oro puro.
Recuerda: la victoria es no rendirse nunca.
3 comentarios:
Ni una coma malgastado. Enhorabuena por esta visión tan certera.
Hola Montse, increíble manera de la frustración y los triunfos o "posibles triunfos" de los escritores. Siempre que te leo me dejas una enseñanza y un reto para sobrepasar las barreras que nos obstruye llegar a la publicación deseada.
Muchas gracias por contar tus andadas literarias que inspiran a tanta gente!!
abrazos
Hola, Montse.
Interesante y muy útil entrada, con muchos datos del mundillo editorial que no son tan conocidos pero que resultan imprescindibles para quienes aspiramos a publicar. ¡Gracias por compartir!
Te felicito por el lugar que has alcanzado.
Bendecida Navidad para vos y los tuyos.
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