Cuando a mi mentora, Montse Rico, le preguntan si se puede vivir de la literatura, ella suele replicar que depende de la frugalidad de tu dieta.
¿Se pueden compaginar las letras con los garbanzos? ¿Se puede vivir de la literatura sin escribir por encargo? ¿O es mejor dejarse llevar por el romanticismo y olvidarse de las ganancias, en aras de una libertad creativa?
¿Es la vida de un escritor un frenesí de inspiración, un impulso a merced de las musas, un romántico dejarse llevar y escapar de la dura realidad prosaica de cada día?
Hace poco leí estas líneas de Martín Descalzo: «una obra creadora, literaria o artística se asienta siempre sobre una dura vida de trabajo, no sobre improvisaciones más o menos brillantes. Hay mucho que leer, mucho que escribir, mucho que aprender, mucho que tachar para, al final, poder escribir algunas líneas que se sostengan en pie. Incluso son muy pocos los escritores y los artistas que se alimentan de su obra creadora. Los más, al menos al principio, han construido su obra al respaldo de otra carrera que les permite sobrevivir. No es fácil, no, vivir de la pluma. A no ser que, además de la poesía, se tenga una granja avícola».
¡Baño de realismo! Tengo la impresión de que la mayoría de los que escribimos estamos en esta situación. Escribimos porque llevamos las letras en la sangre y queremos dedicar una parte de nuestra vida a ello, pero también somos conscientes de que tenemos ese otro trabajo que nos permite “comer” y que no podemos abandonar, entre otras cosas, porque quizás muchos tenemos familias que mantener y porque la pluma no se sostiene sólo con el alma, sino con un cuerpo de carne y hueso.
Y aquellos que se dedican a las letras a tiempo completo saben, como mi mentora, que, aunque los sueños motivan, en la vida de un escritor también hay mucho sudor y muchos platos de lentejas… Como reza el dicho: “noventa por cien de transpiración, diez por cien de inspiración”.
Acabo con una cita de Salvatore Quasimodo: «Los poetas no caminan sobre las estrellas, sino que son seres diariamente curvados sobre la tarea terrestre». Su mérito no es volar elevándose por encima de este mundo cruel, sino, tal vez, saber hacerlo sin dejar de tener los pies posados firmemente sobre la tierra.
25 comentarios:
Sería bonito poder vivir de escribir, pero por ahora lo veo como un sueño.
Como bien dices, a día de hoy lo que nos sustenta a la mayoría de nosotros es ese otro trabajo que nos da de comer y nos paga la hipoteca.
Lo bueno es que sabemos lo difícil que es y por tanto cuando nos damos el golpe es desde más abajo y duele menos, je, je.
Un abrazo, guapa.
Estimada Elisabet,
Es una lástima tener que ponerse pecuniarios, pero es lo que tienen tener que compartir el tiempo de escritura con actividades más alimenticias. Hace tiempo Prometeo, del blog Miserias Literarias, escribía la siguiente entrada que sintetiza un posible escenario parece que bastante gráfico al respecto:
http://miseriasliterarias.blogspot.com/2006/11/este-blog-comienza-dar-sus-frutos.html
Ánimo y a seguir adelante, haciendo lo que (más o menos) quieres, con dinero o sin dinero (como dice la canción).
Un abrazo,
Bueno, realmente yo vivo de escribir (es mi única fuente de ingresos), pero guiones para televisión, no novelas.
He de reconocer que he tenido mucha fortuna y que llegar hasta este lugar ha supuesto más de una década de duro esfuerzo, reveses y sinsabores... y que, al ser "profesional", no siempre escribo lo que me gusta, aunque sí he conseguido que me guste lo que escribo, que si bien no es lo mismo, sí resulta de gran ayuda.
La literatura, la novela, es algo con lo que comencé muy de joven, con relatos cortos y cosas así, pero que dejé después al centrarme en el mundo de la tele y el cine. Hace unos años lo he retomado y consagro a ello buena parte de mi tiempo libre y de mis ahorros (en lugar de irme de vacaciones, me cogí varios meses libres para terminar y reescribir una novela), sabiendo que vivir en exclusivo de la literatura es una tarea dificilísma, casi inalcanzable, casi tanto como vivir exclusivamente de escribir guionies... así que, qué carallo, ya soñé una vez (al dejar de lado mi carrera -psicología- para probar fortuna en el cine y la tele) y no veo porque he de dejar de hacerlo ahora con la literatura.
Es muy difícil llegar a publicar y aún más vivir de eso... pero no es imposible, y si en algo merece la pena fracasar es en esto.
Por cierto, Elisabet, con ese título pensé que ibas a hablarnos de "Loco-mía"
;)
Elisabet:
Después de leer esa entevista, me hice exactamente la misma pregunta. ¿Se puede realmente vivir de la escritura? Me quedo con estas palabras tuyas:
Escribimos porque llevamos las letras en la sangre y queremos dedicar una parte de nuestra vida a ello, pero también somos conscientes de que tenemos ese otro trabajo que nos permite “comer” y que no podemos abandonar, entre otras cosas, porque quizás muchos tenemos familias que mantener y porque la pluma no se sostiene sólo con el alma, sino con un cuerpo de carne y hueso.
Imagino que el secreto está en escribir cosas "comerciales" que se vendan como churros, al menos al principio de tu andadura; y luego saber invertir ese dinero que has ganado, de tal modo que puedas dedicarte a lo que realmente quieres hacer. Coincido con Elperejil en algo clave: no siempre puedes escribir lo que te gusta, pero sí puede gustarte lo que escribes. Una actitud positiva es vital en este sentido. Se puede ser "comercial" y rentable sin dejar de ser fiel a sí mismo. Hay que ser prácticos, aprovechar las ocasiones, ser oportunista, darle al público lo que quiere... Ya habrá tiempo de experimentar con cosas raras o menos rentables. Sí se puede vivir de la literatura, creo yo, pero eso sí, haciendo ciertas renuncias; si como bien dices, tienes una familia que mantener y una hipoteca que pagar... mejor te dedicas a otra cosa. El artista, cuanto menos lazos y trabas tenga, tanto más podrá dedicarse a su arte. El problema es que hoy lo queremos todo... Y todo no se puede tener. Si uno quiere dedicarse a la literatura, ha de entregarse en cuerpo y alma. Los hay que complementan la escritura de novelas o poesías con artículos en la prensa o en revistas, conferencias... el escritor mediático es el que quizás, a la postre, sí puede dedicarse a escribir, y olvidarse de los llamados "trabajos alimenticios". Como diría mi sobrina, la clave está en "montárselo" bien, y dejarse de manías y escrúpulos. Está profesión es como todas. Y con esto no quiero ser pesimista, ni mucho menos, al contrario: nuestra actividad puede ser tan rentable (o tan poco) como nosotros queramos. La clave es saber lo que uno quiere en la vida. El éxito se mide por lo que somos capaces de sacrificar por él. A propósito de esto, el otro día, por un artículo de Lucía Etxebarria en ADN me enteré de que en México y en Irlanda, los escritores no pagan impuestos por su labor de escritor. ¿Cómo lo veis?
Pues es una más de tus entradas superinteresantes, querida Elisabet. Creo que las compañeras y compañeros han respondido muy adecuadamente.
Escribir es un oficio. Por tanto, si quieres vivir de esto (únicamente de esto) sólo tienes dos salidas: 1) o creas un bestseller que se vende también en el extranjero y te forras o 2) escribes de todo, siendo comercial y adaptándote sin perder "tu oficio". Resalto mucho esta palabra porque creo recordar un programa de cinde donde se hablaba del mítico John Ford donde decía que el tío era capaz de hacer una peli de p. madre por encargo. Es algo así como un futbolista de élite, ya puedes hacerle un pase envenenado, imposible para un mortal, que el futblista lo convertirá en un chut a puerta.
Es decir: el que tiene oficio es capaz de coger cualquier cosa e insuflarle magia.
Respecto a mí, lo veo difícil, a día de hoy. Pero nunca se sabe..
Todo es ponerse y practicar!!!
Elisabet,
La verdad es que ¿quién sabe? Pero, como digo en mi blog, trabajo como si estuviera seguro de que fuera a concretarse. Al menos así, estaremos cada día un poco más cerca, :-).
Un abrazo,
Alejandro.
Esperar vivir de lo que uno escribe es un sueño, un sueño bonito que se da de bruces con la realidad. Es como esperar vivir de ganar la lotería de navidad. No puedes contar con ello, a todo lo más si consigues publicar lo que ganes, si es que ganas, puede ser una ayuda, muy pequeña, sobre todo si ya como es mi caso, tenemos unos años y una familia a la que mantener.
Te quería dar las gracias Elisabet por el comentario positivo que has hecho del pequeño cuento que publiqué en mi blog, www.novelistaingenuo.blogspot.com
No cabe duda de que esas cosas animan a seguir adelante, tanto es así que aunque mi primera intención era dejarlo como está, estoy barajando la posiblidad de escribir varias páginas más.
Por cierto no me han contestado todavía de la agencia de Sandra Bruna, llevo casi mes y medio esperando y solo les he enviado una sinopsis y un capítulo, no sé si es mucho tiempo, es posible que estén muy atareados, quizás tu estés más informada al ser clientes tuyos. Si tienes a bien decirme algo te lo agradezco.
Hasta una próxima entrada en la que creo que deberías de hablar de un eslabón fundamental para vender una novela y que no es sino el sufrido librero.
Jesús, gracias por la visita. Bueno, de los golpes también se aprende... :)Un beso.
Zoquete, ¡hola! En ese post de Prometeo estuve pensando, ¡es muy interesante! Así es como tiran p'alante muchos escritores. O sea, diversificar fuentes de ingresos, aunque todas estén relacionadas con las letras. Colaborar en revistas o periódicos a veces es lo que más sale a cuenta, y eso no es nada nuevo.
Ja, ja, Perejil. Oye, tú eres un buen ejemplo de los que viven de la pluma (o de la tecla). Y te arriesgaste, como para todas las cosas que nos importan en la vida...
La verdad, a mí me gusta pensar aquello de que "si lo que haces, lo haces con pasión, al final también te dará de comer" (suena muy a película yanqui, pero... conozco más de un ejemplo) :)
Natts, ¡gracias por tu comentario! Ese párrafo me salió de... del alma :)
Bueno, Julia, ¡aquí dejas caer varios temas!!
Dices: "no siempre puedes escribir lo que te gusta, pero sí puede gustarte lo que escribes. Una actitud positiva es vital en este sentido. Se puede ser "comercial" y rentable sin dejar de ser fiel a sí mismo"
Una vez más, ¡te anticipas a lo que pienso colgar en el próximo post, la semana que viene! :) Me quedo con la primera frase. Es discutible, porque uno siempre es libre para escribir o no lo que quiere, pero más allá de esto, contiene una filosofía de fondo que ya comentaremos...
También dices que para dedicarse a las letras hay que hacerlo en cuerpo y alma, a full time. En eso discrepo un poco, aunque autores como el querido e iracundo Paco Umbral te darían la razón.
Mi mentora y otros que conozco lo hacen y compaginan la escritura creativa con esto que mencionas: colaboraciones periodísticas, conferencias,etc. Aunque para llegar ahí también hay que tener cierto caché. A un desconocido no le concederán una columna en un diario o una sección en una revista sin más, salvo que tenga enchufes.
También se da el caso contrario, cada vez más frecuente: el de los periodistas o profesionales de los mass media que se meten a novelistas y, mira por dónde, sacan unos exitosos best seller. Pienso en una Angeles Caso, en Julia Navarro, Rosa Montero... En ellas escribir era algo diario y habitual hasta que decidieron pasar de lo puramente profesional a lo artístico, por así decir. Estas juegan con ventaja.
Deusvolt, pues pensé que esta entrada no interesaría demasiado, o causaría rechazo... pero me parecía importante, así que ahí la colgué.
Bueno, tú también te anticipas a mi próximo post, que ya tengo preparado, ja, ja. Mira, tanto tú como Julia apuntáis a algo que no deja de ser muy práctico: "financiar" con lo comercial lo que realmente queremos hacer. Es casi como compaginar trabajo no literario con la creación, en cierto modo. Sólo que en este supuesto, siempre nos movemos dentro del campo de las letras.
Por cierto, eso es lo que hace uno de los personajes de la novela de Anatole France que cité en la anterior entrada. Es un tipo muy curioso, entre místico y bon vivant, que escribe una obra erótica -o más bien pornográfica- con la que se forra, y esto le permite viajar y dedicarse a vivir como quiere, difundiendo sus ideas por allá donde va. Ideas que, por otra parte, chocan de pleno con el talante de su best seller en cuestión... :)
La pregunta es: ¿hasta dónde estamos dispuestos a sacrificar? ¿O a vendernos? Claro que quizás esta pregunta es inoportuna pues nos adentra en un terreno que ya no es literario sino más metafísico, por así decir.
Alejandro, qué conciso y rotundo. Es un buen principio, hacer "como si..." Posiblemente es la mejor manera de acercarnos a lo que queremos.
¡Gracias por este comentario!
Bueno, soñar es gratis, jeje.
Y además es un estímulo para seguir adelante sin rendirse.
No es imposible vivir de escribir, pero tampoco es un trabajo tan fácil ni tan bonito como nos parece ahora. Pero menos lo es trabajar en la mina...
Saludos.
Lola, recuerdo cuando hablamos de esto en la fiesta de la agencia... Te vi totalmente convencida y sigo creyendo que, al menos en tu caso, SERÁ ASÍ, como lo deseas y sueñas (porque, además, te lo estás currando...). Y esto nos anima a otros, al menos a mí. Un beso.
Casualmente, escribo más desde que me saqué las oposiciones. El saber que mi vida no depende de la escritura, que es un complemento y que lo hago porque quiero, esa tranquilidad ha hecho que me relaje y que escriba más. Supongo que cada uno tiene su forma de hacerlo, la mía es saber que lo hago porque quiero.
Pienso que llegar a vivir de la escritura es como sacarse la lotería. Sé de escritores muy buenos que jamás pudieron hacerlo hasta después de muertos, je, je, es decir, si pudiesen haber resucitado. De los miles de manuscritos que pasan a editoriales y se convierten en libros publicados y exhibidos en las librerías, sólo unos pocos llegarán a vender la primera edición. Significa que con las justas el escritor habrá vendido lo que ya le han pagado de adelanto.
Los que sacan la segunda edición, tendrán una cantidad igual a la que recibieron que no es mucha, si se trata de un escritor novel, y esto sucede después de un año o de un semestre, dependiendo del contrato. Es como cobrar un sueldo cada seis meses o en el peor de los casos, un sueldo anual.
Los que tienen un poco más de suerte, sea por una buena promoción, o porque la editorial apostó por él, se convertirán en un super ventas.
Ahora viene la pregunta del millón:
¿Qué hace a un libro convertirse en Best seller?
No es solo una buena promoción. Es el libro en sí mismo. Porque una editorial jamás va a arriesgar su capital en un libro que no la convenza de que podría convertirse en un best seller. Más si se trata de un principiante.
cuando se habla de una Isabel Allende, por ejemplo, ellos empapelan la librería con su foto y la portada del libro, saben que se venderá y recuperan el millón de euros de adelanto que le han dado. Igual sucede con Vargas Llosa. Alfaguara le da un adelanto de un millón de dólares de promedio por libro.
Ellos sí pueden vivir de la pluma, pero fue un largo camino. O podría suceder como fue con Carlos Ruiz Zafón, que por menos de un cuarto de millón de euros no firma contrato, o como Juan Gómez Jurado y su Espía de dios, que va por el mismo monto si no es más, ambos jóvenes principiantes. Sin embargo, sus novelas son increíblemente buenas, tienen "el don" de la escritura, y no todos podemos decir que lo tengamos, que creemos que lo tenemos, es otra cosa, pero es más un buen deseo que una certeza. Gómez Jurado ganó en 2008 el VII Premio de Novela Ciudad de Torrevieja con "El emblema del traidor". Y créanme amigos, el chico sabe lo que hace.
En suma: Se puede llegar a vivir de la escritura, pero primero habrá que convertirse en un genio.
Besos!
Fernando, lo que dices también es cierto. Cuando eres libre y careces de presiones, la creatividad fluye. Aunque hay quien trabaja bien bajo el estrés, eso depende mucho de uno y de cómo se plantee las cosas. Bueno, en el próximo post hablaré de ello :)
Blanca, ¡la pregunta del millón! Algo así planteé la última vez que entré en el blog de Teo, y esto me recuerda que debo ir a ver si alguien respondió algo... :)
Bueno, "hay que ser un genio". ¡Pues habrá que aprender a serlo! Y me huele que para ello no basta con ser bueno, buenísimo, sino que es preciso algo más...
Un beso, Blanca, y gracias por tus reflexiones siempre agudas e inquietantes.
Para vivir de esto habría que preguntarse primero con cuánto se apaña uno para vivir, o cuánto es necesario para andar medianamente bien. O si querer vivir de esto significa vivir de manera descollada y de una forma rimbombante como los grandes (best seller). De todos modos creo que hay que vender un tanto para poderse olvidar del verdadero compromiso que es el actual trabajo.
Estoy con Blanca, supongo que habrá que ser un genio “más que los demás” para llegar...
Un abrazo, Elisabet.
Mián Ros, buena observación. Valle Inclán fue uno de esos locos que se empecinó en vivir solo de la pluma... y al parecer pasó bastante hambre. ¡Pero qué pluma la suya! Como otros, quizás el reconocimiento le llegó tarde y mal. Al menos, alimentó su alma. Y eso... eso, a veces, es más importante que un plato de legumbres.
También es cierto que si solamente te dedicas a escribir y lo haces a conciencia al final "tienes" que ser bueno. Es como un músico que toca ocho horas a diario, ¡a menos que sea un tocho acabará convirtiéndose en un virtuoso! Y la virtud, finalmente, brilla y es reconocida.
La propia cabeza, es el hogar, de las almas perdidas.
Todos tenemos un don, y si ese don no lo utilizamos, lo estas traicionando. Si eres bueno en algo, da un paso adelante, ¿puedes vivir de la pluma? ¿tu vales para ello? , si de verdad, te ves capaz hazlo. Otra cosa seria, que no valieras para ello, entonces tendrías que pensártelo, y buscar tu camino. Como dice Jesús F. seria bonito vivir de la pluma a todos nos llegara el momento de que la suerte nos sonría un poquito.
Loli
Publicar un comentario