Mi talismán

No suelo ser supersticiosa ni tener fetiches… pero mientras estaba en pleno proceso de corrección de El heredero, para presentarla al concurso, me llegó inesperadamente algo que hacía tiempo había encargado.

Y pensé, ¡llega en buena hora! Cuando la desembalé, la esgrimí en alto y di unos pasos, ensayando fintas y amagos al más puro estilo peliculero… —o sea, con nula técnica de esgrima— y desde ese día, la tengo colgada en una pared de mi salita, como motivo inspirador.

Ya he dicho que no creo mucho en talismanes, pero las personas, que somos así de raras, a veces necesitamos materializar en gestos, rituales u objetos un deseo o una aspiración. Es como si el talismán recogiera de algún modo nuestra energía y a la vez nos transmitiera la fuerza que necesitamos para avanzar hacia nuestras metas. ¿Pura fantasía? ¿Imaginación febril?

No lo sé. Los mecanismos de la mente y las emociones tienen leyes propias que aún desconocemos… Lo cierto es que ahí la tengo, mi hermosa Gunnlogi, mi primera espada vikinga, con su nombre inscrito en runas en el filo de madera de arce.

Para lectores y visitantes curiosos, os diré que es obra de José Manuel Bonilla, un artista donde los haya que se dedica a fabricar joyas, instrumentos musicales y armas antiguas de todo tipo, ya sean decorativas —como la mía— o de entrenamiento. A los amantes de la épica y las aventuras de capa y espada os invito a visitar su taller.

Gunnlogi —el fuego del combate— me acompañará en la escritura de mi próxima novela, sin duda, pues éste es el nombre de la espada de uno de mis héroes…

21 comentarios:

Cristina Roswell dijo...

Precisamente llevo unos días preparando una entrada sobre un tema similar: aquellas cosas que nos ayudan de alguna manera a escribir, a crear, que nos inspiran a modo de musas palpables (o no tan palpables).
En mi caso es, sobre todo, la música, tengo una selección de canciones que me están ayudando concretamente en la actual novela, como si fueran su banda sonora, jajaja, me hacen imaginarme a los personajes y las situaciones que viven mientras suena de fondo esa música, como en una película.

Pero no es sólo la música, al igual que tú también tengo algunos objetos que me ayudan (de hecho, tengo una espada también, aunque la mía es una réplica a tamaño real de la de un personaje de El Señor de los Anillos, friki que es una, jajaja), concretamente dos estatuillas de dos dragones (el dragón está relacionado en parte con mi historia); cuando me quedo en blanco momentaneamente me ayuda permanecer un tiempo mirándolas, es algo que no tiene explicación, pero que me ayudan es un hecho :)

Curiosidades del arte y la mente ;)

Anónimo dijo...

"las personas, que somos así de raras, a veces necesitamos materializar en gestos, rituales u objetos un deseo o una aspiración"

O sea, ¡eres friki! ¿Has ido a algún salón del manga? Hay un montón de gente con capa y espada, jeje...

Por cierto, ya he acabado de leer tu novela, Estirpe Salvaje, pronto te enviaré mis impresiones. En general me ha gustado y tengo ganas de leer la segunda parte.

Alejandro Laurenza dijo...

Elisabet,

Si es fantasía o no, poco importa, ¿verdad? Lo que sí importa es que a vos te sirve, te motiva, y eso le da sentido pleno a tu talismán, :-).

Aprovecho para contarte que en mí última entrada me tomé la libertad de sugerir tu blog como fuente de consultas.

Saludos,
Alejandro.

Montse de Paz dijo...

Gracias, Alejandro.

Ja, ja, Grendel... ¡es la primera vez que alguien me llama friki!

Roswell, otro día hablaré de la música. A mí también me inspira, y mucho. Algunas secuencias o incluso capítulos de mis novelas creo que nacieron de escuchar ciertos temas.

Así que tienes una espada réplica de El señor de los anillos... ¿No será Glamdrig? ¿O es Anduril? Ah, quiero verla!!

Deusvolt dijo...

Hola Elisabet, hace tiempo que sigo tu blog y quería saludarte. También soy asiduo al foro de escritores de Bibliotecas Virtuales y participo activamente en un post que tú creaste allá por mayo del 2007: Mis contactos con las agencias y editoriales. Quería decirte que eres un ejemplo de afán y superación para muchos escritores como yo, que intentamos abrirnos paso en el duro y farragoso sector editorial español. Yo, en concreto, estoy escribiendo la que será mi cuarta novela, pero sólo he recibido sendos rechazos hasta la fecha. En fin, que gracias por tus consejos y tu generosidad a la hora de sincerarte abiertamente.
Por cierto, yo también tengo una espada. La mía es medieval, fabricada en Toledo. Tampoco tengo idea de esgrima, y, de momento no pienso dedicarme a la literatura histórica, pero ahí está, colgada en la pared del salón. No soy amante de talismanes, pero quién sabe, uno o dos no hacen daño, ¿no crees? Je, je... un abrazo.
Deusvolt.

Esteban González García dijo...

Hola, Eli. Tiene una pinta estupenda. ¡Qué envidia!
Precisamente la última entrada en mi posada trataba sobre la posibilidad de hacerme con una espada... qué coincidencia.
He visitado la página del maestro artesano que ha realizado tu magnífica espada y creo que he decidido hacerme con una... ya te contaré. :)
Que sigas escribiendo con mucho ánimo. Nos leemos.

Cristina Puig dijo...

Me gusta ese puntillo friki, de hecho a mi me pasa lo mismo pero lo mío es peor: Siempre llevo dos pequeñas piedras en el bolsillo una negra y una azul, y el dia que me las dejo en casa...mal rollito jeje. Voy a visitar el taller, por cierto me gustó el nombre de tu talismán, si señor!
Un abrazo!!
Cris

naieba dijo...

Los objetos guardan en su interior una energía, una fuerza... que está ahí para quien quiera leerla, sentirla.
Todo puede "resonar" en nosotros, ya sea un objeto, una persona, una mirada, una conducta, una palabra... provocándonos respuestas que llevamos en el interior, respuestas que vienen ya con nosotros, y la inspiración es una de ellas.
Porque aquello que nos inspira está tocando la tecla adecuada para que hayemos lo que hemos venido a hacer a este mundo.
Un besito Montse.

naieba dijo...

No te sientas muy friki, por cierto, jaja, que debemos ser muchos.
En mi casa tengo un pequeño altar, en mi despacho, como le llamo yo.
Un hermoso buda en color hueso, el Dios Anubis, varias pirámides de cuarzo y un pañuelo a modo de tapete con el simbolo ohm. Velas y muchísimos libros...
Y estoy buscando a la Diosa Isis... cuando la encuentre formará parte también de mi pequeño recntno espiritual.
Es mi sitio sagrado y perfecto para meditar.

Montse de Paz dijo...

Hola, Deusvolt, y gracias por tus palabras. Verás, Estirpe Salvaje (la primera que publiqué) fue también mi cuarta novela escrita, y te aseguro que antes que Espasa me dijera sí recibí unos cuantos noes... Así que ánimo.

¿Una espada toledana? ¡Qué maravilla! Bueno, a este paso, podríamos abrir una galería virtual de talismanes y espadas antiguas, ja, ja.

STB, ¡dichosos los ojos! Hay muchos sitios donde encargar espadas vikingas, élficas o antiguas. Pero ésta fue personalizada, para mí... con el nombre que le puse, y fue fabricada a mano, con tiempo, cariño y muy buena onda. Por eso siento que es algo más que una espada. Bueno, ¡ya me contarás!!

Cristina, así que dos piedras... Ja, ja, mi padre, que es la persona menos friki que puedas imaginar, hace poco estuvo en USA y visitó una reserva de indios navajos. Allí vendían colgantes y pulseras con semillas de enebro, que dicen que protegen contra los malos espíritus. Él fue, muy decidido, cogió dos semillas directamente de un árbol que encontró, ¡y las lleva en el bolsillo! Al final, todos tenemos un puntillo :)

Naieba, ¡ya veo que somos muchos los frikies! Lo de tu altar me ha hecho sonreír. No es una tontería: todos necesitamos un huequito, un espacio sagrado, nuestro "santuario" particular para recogernos y hacer silencio. Te entiendo.

Bueno, os envío un abrazo... ¡y que la musa, o los talismanes, o vuestro ingenio os inspiren!

Eurídice-v dijo...

Hay determinados objetos que nos calman y dan suerte, yo tampoco sé bien por qué. Con ellos somos capaces de reafirmar la confianza en nuestros propios sentimientos. Acabo de descubrir tu blog, es muy interesante
La confianza nos puede hacer avanzar cuando el miedo amenaza a nuestro deseo de participar con entusiasmo en algún desafío de la vida. Un saludo.

Iris Cori. dijo...

Hola!.. Soy nueva en esto de publicar en el Blog, voy empezando y me encanta la idea de que se pueda compartir con otras personas filosofías de vida, me topé con su blog y me ha encantado. :) Maravilloso que existan personas como usted; seguiré de cerca sus publicaciones ya que es ¡ENCANTADOR! leer y a prender de otros usuarios.

Saludos!

Blas Malo Poyatos dijo...

Hola Montse, más que talismanes para mi son objetos evocadores. Puede ser el peso de una espada en la mano, o de la cota de malla, o el olor de una varilla de sándalo o de incienso, o lo que más suelo utilizar, por medio de música ambiental. Es cerrar los ojos, escuchar las notas, y estar en otro mundo.

Estar en ese otro mundo es la única forma de describirlo con fidelidad.

Un saludo

Martikka dijo...

Yo tampoco soy de talismanes, pero desde que me compré una pequeña estatuilla del dios Thoth, tengo más suerte con mi escritura. Precisamente hace cosa de un mes le di un golpe sin querer, se le rompió el brazo (precisamente el que lleva el cincel) y el final de mi novela se resiste (aunque he seguido teniendo inspiración para otros proyectos).Hoy le he pegado el brazo y espero que el dios me lo agradezca...!

Un saludo.

Jesús F. Alonso Asensio dijo...

Hola Montse,
al igual que para Roswell, o Blas, para mí mi talismán es la música. no soy capaz de escribir dos palabras si no estoy escuchando algo, y no precisamente los gritos de mis vecinos, je, je.
Muy bonita la espada, pero me temo que yo ni me planteo hacer algo similar, que si no mi novia nos echa a la espada y a mí, ya le tengo conquistada una habitación para mí solo y no es plan hacerme con más partes del piso.
Un abrazo,
Jesús

RG Wittener dijo...

Tendrá alguna relación esa atracción por las espadas con la literatura?

Por mi parte (y empujado en parte por la envidia a algunos amiguetes), yo me he hecho con una réplica de la espada que blande Hellboy en la segunda película. Bastante pesada como para ponerte a practicar con ella, pero empuñarla o sencillamente apoyarla en el hombro sí que te da una sensación... distinta. Te transporta.

Yo he dejado de usar la música mientras escribo (la usaba sobre todo para ponerme en el estado de emoción adecuado), pero porque se me ha hecho incompatible (en el trabajo no puedo, y en casa tengo problemas logísticos...) Si la uso, suele ser para aislarme mientras escribo notas en el metro o el autobús (y llevo una selección de temas sacados de bandas sonoras ex-profeso).

Pedro Merino dijo...

Hola, Elisabet:

Para publicar un libro hay que tener mucha paciencia. Yo llevo 6 años sin publicar uno. Te invito a mi blog, haz clic en mi nombre. Saludos

Elperejil dijo...

Desgraciadamente mis talismanes, durante mucho años, eran un cenicero, una cajetilla de tabaco y un mechero... aunque ya lo he dejado hace tiempo (me costó lo suyo). Ahora creo que no tengo ninguno.

También soy de los que escribe con música, normalmente algo que no tenga letra (o que yo no la entienda) para no distraerme: clásica, jazz, algunas bandas sonoras...
La excepción es cuando trabajo de madrugada o leo algo en voz alta para comprobar que tal funciona, pues entonces, como es lógico, apago la música.

Montse de Paz dijo...

¡Hola! He estado unos días de vacaciones, perdida en un lugar sin teléfono ni Internet, por eso no he podido responder antes.

Eurídice, Iris, bienvenidas a mi blog y encantada de conoceros. Dices algo muy importante, Eurídice, sobre la confianza: ¡es clave para tantas cosas en la vida!
Y me gusta mucho tu nick.

Blas, qué cierto. Músicas, aromas, tacto, nos transportan a otro mundo y, como dicen algunos autores, basta imaginar un mundo y la novela nace sola. Oye, no me digas que tienes una cota de malla en tu casa!!! Claro, ¿eres tú el del avatar?

Martikka, buen amuleto. Thot era el escriba de los dioses, ¿verdad?

Jesús, Pantagruel y el Perejil, a mí también me inspira la música. Pero para escribir necesito SILENCIO. Y estar sola, aislada, tranquila... Necesito "enclaustrarme". Es como algo muy íntimo. Luego, cuando corrijo, sí me gusta poner músicas afines al escrito... En el próximo post hablaré de esto, ¡decidido!

Pantagruel, esa relación de las espadas y la literatura... ja, ja, es un tema interesante. Quizás sea porque a los fantasiosos nos gusta escribir y la Edad Media con sus aventuras y sus talismanes nos suele atraer mucho. O será por aquello de que "las palabras pueden ser armas de doble filo"... Otro asunto sobre el que ahondar :)

Pedro Merino, bienvenido también a mi blog. He visto el tuyo y te felicito por ese premio de novela. ¿Se puede conseguir tu libro en alguna parte? Ya me dirás. Ánimo, y tienes razón, que para publicar hay que tener paciencia y no precipitarse, porque también podrías arrepentirte.

Un abrazo a todos, ¡y en un par de días actualizo el blog!!

Pedro Merino dijo...

Elisabet, mi novela tuvo, creo yo, muy pocas tiradas, unas mil me parece. Intento comunicarme con mi editor y no responde.
Para publicar tienes que enviar tus obras a concursos de poca dotacion economica, donde los autores noveles tienen grandes oportunidades. Lo mio fue un milagro, pues la envie a un premio de autores con curriculum. Saludos... y escribamen a mi pmerino67@yahoo.com

Blas Malo Poyatos dijo...

Sí, Montse, sí. Una cota de malla tipo Europeo 6-en-1. 17000 anillos, a ratos tres años de trabajo artesano.

El castillo de mi foto es la ruina del Castillo de Otiñar en Jaén, junto a otro guerrero, en este caso un sajón con brigantina tachonada.

Un saludo