Igual que un cocinero cuando saca del horno su último guiso y
lo sirve a la mesa, así me siento cuando un libro mío sale a la luz y espero
las reacciones de sus lectores. Nadie escribe exclusivamente para sí. Todos, en
el fondo, esperamos que otros esperen,
ansiamos la expectativa, el saboreo, la satisfacción. Nadie guisa para el aire.
Por eso estoy agradecida. Agradecida a los más de 300
lectores, amigos o desconocidos, que han descargado mi última novela, Amante reemplazado. Agradecida a los pocos
(supongo que han sido mucho menos) que la han leído. Y agradecida, muy en
especial, a los que se han decidido a colgar un comentario en Amazon.
Quien escribe no vive de los elogios. Pero todo comentario,
incluso si es crítico, es un regalo. Es una señal de vida, es un decir: sé que
estás ahí. Te he leído. Existes.
Cuando publicas tu libro entre miles y miles que a diario se
ofrecen a una multitud de lectores ávidos de novedad, cuando pasar
desapercibido es lo más fácil y lograr una reseña es casi prodigioso, estos
mensajes de aliento, de reconocimiento, de amistad, se agradecen. Mucho.
Seguiré escribiendo. Sigo escribiendo. A todos los que leéis
esto, o habéis leído mi novela, o alguno de mis libros, ¡GRACIAS!
Curiosea aquí sobre mi novela Amante reemplazado.
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