“Dudas existenciales”

He meditado antes de colgar esta entrada… Finalmente, me he decidido, porque tal vez a más de uno le suceda algo semejante, alguna vez. Ese día, si habéis leído esto, quizás recordaréis que no estáis solos y que la carrera del escritor está jalonada de nubes y sombras que no toca más remedio que afrontar.

¿Alguna vez habéis pensado que escribíais algo estupendo o, por lo menos, digno de ser publicado, y al cabo de un tiempo alguien os hace ver que vuestra “obra de arte” es, en realidad, un completo desastre?

¿Habéis encontrado lectores con opiniones totalmente distintas sobre alguno de vuestros escritos que os hacen dudar y replantearos todos vuestros esquemas?

Bueno, pues esto me ha sucedido con una de mis novelas. De entrada, diré que es una novela con lagunas y fallos, de eso siempre fui consciente, pero que en la agencia gustó y al menos a tres lectores también. Entonces la di a leer a un buen amigo, escritor, de cuyo criterio me fío bastante, y él tuvo el gran gesto de enviarme una crítica muy sincera, detallada y razonada.
Se me cayó el alma a los pies, tanto, que decidí escribir a Sandra Bruna para que retiraran esa novela de circulación. Por algún motivo, me demoré unos días…

Y llegó la fiesta de la agencia.

Fue el jueves pasado, en el Patio Manning de Barcelona, en pleno centro histórico de la ciudad. Lo mejor de esa fiesta fue conocer en persona a dos compañeros de agencia, Teo Palacios y Lola Mariner, con los que pasé un gran rato, y con quienes hubiera estado mucho más tiempo charlando...

Bueno, en esta fiesta —ya contaré más cosas en otros posts— también conocí a Joan Bruna, padre de mi agente, y el primero que leyó la novela en cuestión y la recomendó. Apenas me lo presentaron, él dijo: “Ah, eres la autora de… (y mencionó el título de la novela)”. Yo le respondí, haciendo de tripas corazón, que sí, y le pregunté qué le había parecido. “Muy buena. ¡Tienes que escribir una segunda parte!” Cuando le dije que estaba pensando pedirles que se olvidaran de ella, me respondió: "¡Eso no me lo digas ahora! Si quieres, quedamos un día, tomamos un café tranquilamente y hablamos de la novela".

Ya os podéis imaginar que, en ese momento, detrás de mi sonrisa de circunstancias, mi cabeza era un remolino. ¿Qué pensar?

Desde entonces, nado entre dudas existenciales… Sí, quedaré con él un día. Sí, hablaremos. Quizás valga la pena volver sobre el manuscrito, revisarlo, mejorarlo, darle más consistencia. Uno de los problemas que le ve Joan Bruna a la obra es cómo clasificarla, pues no encaja exactamente ni como juvenil ni como literatura de adultos.

Otra buena amiga, que también la leyó, me ha dado una idea luminosa, que se aparta de esos clichés y sitúa la novela en otro género en el que, quizás, los problemas que ahora presenta no serían tales. En fin, no contaré más por ahora.

Jamás pensé que pediría a la agencia que retirara una novela mía. Y hasta ahora no me he encontrado en un dilema semejante ni en tal confusión de pensamientos acerca de mis propias obras. Confío aprender algo nuevo después de este tumulto interior. De entrada, ha sido un baño de humildad, pues cada día que pasa soy más consciente de mis carencias como aspirante a escritora —ya no me atrevo a calificarme como tal— y comprendo, más que nunca, aquellas palabras de mi mentora, Montse Rico, el primer día que hablamos: “Para hacerse un escritor se necesitan al menos diez años”.

28 comentarios:

zoquete dijo...

¡Buf! Me parece encomiable tu esfuerzo por superarte cada día, y que dicho esfuerzo implique estar abierta y sensible a las críticas, replantearte el acabado de tus obras e incluso decidir retirar una de ellas cuando ya está en imprenta... ¿por qué no? Pero la frase "[...] cada día que pasa soy más consciente de mis carencias como aspirante a escritora —ya no me atrevo a calificarme como tal— [...]" me parece excesiva.

Por lo que cuentas estás rodeada de un espléndido equipo de profesionales cuyo trabajo es ése sobre el que ahora te asaltan las dudas, es decir, decidir cuándo tus obras pueden llegar a los lectores, ¿o no? Bajo mi punto de vista eso no resta un ápice de tu perfeccionismo, pues son líneas de trabajo diferentes, la una es el proceso de publicar y la otra es escribir.

Especialmente me ha llamado la atención tu otra frase "[...] y sitúa la novela en otro género en el que, quizás, los problemas que ahora presenta no serían tales [...]", que me hace pensar en que quizás tus dudas no vengan tanto de tu capacidad como escritora, sino por algo así como la segmentación del mercado.

La definición de escritora me la ahorro, pues es algo que me resulta cada vez más irrelevante. Para mí se está quedando cada vez más en una etiqueta que sirve para todo (tertulias, discusiones, pseudoperiodismo, etc) y menos para escribir, ¿o desde cuando se necesita para hilar las palabras?

Anónimo dijo...

Para mí el escritor escribe primero pra agradarse a si mismo y luego si eso agrada a los demás mejor, pero no puedes vivir a la expectativa de que tus obras le agradarán a todos.

Escribe y luego olvida lo que escribiste, es la manera de progresar en la escritura

Néstor Trepode(Argentina)
www.nestortrepode.blogspot.com

Anónimo dijo...

Hola Elisabet:

Pues me siento muy identificada contigo, y hace bien poco alguien citó a tu mentora con esa misma frase para darme ánimos.

Verás, yo tengo escrita una novela que inicié siendo bastante joven (adolescente, diría), y que ha crecido conmigo. Hasta hace poco la veía maravillosa, y quienes han leído algún trozo se mostraban encantados. Luego sometí algunos fragmentos a crítica en prosófagos y el resultado no fue tan satisfactorio. Conclusión: necesita una profunda corrección, que llevaré a cabo con mucho gusto. Es evidente mi inexperiencia, pero al principio choca: ya dicen que el amor es ciego, y el amor por la creación propia lo es aún más, hasta el punto de no ver los fallos que contiene.

Eso sí, es muy sano replantearse los esquemas, porque de todo se aprende, y no es bueno tropezar una y otra vez con la misma piedra. Si crees que puedes mejorar tu novela, adelante, hazlo con ilusión porque eso significa que en un tiempo será aún mejor. Y eso para alguien como tú, que ya tiene un libro publicado, seguro que es pan comido. =) En ese largo camino del escritor, ya tienes buena parte atajada.

¡Mucha suerte! Y espero que pronto te publiquen esta nueva novela.

Saludos,

naTTs

naieba dijo...

Pues hace nada recibí un comentario nada agradable de una de mis novelas. En mi caso nada elaborado ni razonado, pero duro, muy duro. Las calificaciones fueron "aburrida, previsible y que no engancha" Para terminar diciendome que ni siquiera pudo acabar de leerla. Dolió, vaya que si dolió... y en mi caso dudo que pueda sacar nada en claro de este comentario, pero entiendo cuando dices cómo te sentiste. Tambien en mi caso he tenido otras cuantas opiniones contrapuestas a esta.
Mi conclusión para esto es mala fe, por la persona de la que viene, pero no creo que sea así en tu caso puesto que dices que es alguien en cuyo criterio confías.
NO cabe duda de que este es un camino de aprendizaje, igual que la vida misma, en el que las dudas son inevitables en ciertos puntos del camino. Sin embargo, creo yo, que lo principal es confiar en uno mismo y entender que criterios hay muchos, no uno solo. Que hay más de una verdad y que la que realmente importa es la tuya, sin menospreciar consejos o ayudas, pero haciendo predominar tu verdad.
Creo que a este mundo venimos a expersar quienes somos...a expresar algo que nadie más tiene... ¿podemos entonces regirnos por un solo criterio? Para mí la respuesta es NO.
Confía en tu instinto, siempre te dirá la verdad. Un besito grandote!!

Federico Axat dijo...

Pues la verdad que dudo que esa novela que mencionas sea un desastre. Está muy bien que cuestiones tus escritos, seas receptiva a las críticas cuando son bien intencionadas y las tomes en consideración; lo que me parece es que en tu afán de dar lo máximo y auto exigirte, has un ido un pelín lejos con eso de quitarte el calificativo de escritora. Así ese lector que mencionas sea el poseedor de la verdad ―cosa que dudo mucho― y no los otros tres o incluso la propia agencia, se trata de una novela, no de todas. Tú sabes escribir muy bien: nos has transportado a mundos maravillosos, mostrado personajes llenos de vida; eres una autora publicada y, aunque te encuentres en esos primeros diez años de carrera donde es probable que el aprendizaje sea más fuerte, no invalida que seas una ESCRITORA talentosa. Con todas las letras. Bien ganadas las nueve.
En varios de los comentarios se habla de gustarse a sí mismo y que tu verdad es la que importa. Si bien estas ideas son filosamente peligrosas porque nos pueden sumir en una ceguera absoluta, yo adhiero con ellas. Creo que, siendo adecuadamente permeable al afuera, las respuestas salen de ti.

Un abrazo!

Sergio G.Ros dijo...

Hola, Elisabet. Tu entrada me ha enternecido y emocionado.
Como sabes, soy un autor novel que aún no ha publicado, ahora mismo estaba corrigiendo mi cuarto manuscrito y he hecho un inciso para descansar cuando me he topado con este post.
Creo que tú y yo (y perdona la confianza) nos asemejamos bastante:somos personas sensibles. Da igual la apariencia de puertas para afuera. Yo, por ejemplo, me relaciono con mucha gente, pero dentro de la vorágine de la vida, percibo que tengo una sensibilidad diferente, ni mejor ni peor, pero sí diferente. Creo que es tu caso, amiga. Mira, a mí ya me han rechazado un montón de veces, pero ¿sabes qué? Amo a los personajes que he creado, los quiero con pasión. También les pido perdón por mi inexperiencia, por mi falta de actitudes, por las deficiencias propias del escritor que empieza, que trata de coger oficio. Siento no haber contado mejor su historia, de verdad.
Ahora bien, querida niña, no te dejes amedrentar por las opiniones "objetivas". Tu obra, podrá tener lagunas, fallos y cosas a mejorar, pero nunca será un desastre porque la escribiste con el corazón, desde dentro. ¿Qué cómo lo sé? Oye, recuerda que vengo de Bibliotecas Virtuales, y te tengo cariño, guapa, claro que lo tengo, y mucho. Gracias a tí, he podido sentir como propios los baches que has superado hasta conseguir agente y luego publicar. Esa es una gran hazaña, y lo hiciste tú sola, a pesar de esa sensibilidad que tienes, que plasmas cuando escribes. Por eso, por mis semejanzas contigo, por esa sensibilidad titulé mi blog : "el alma impresa". Porque Elisabet, eres una persona generosa que pone el alma en lo que escribe. Y eso no debes olvidarlo.
Ah, y otra cosa. En el libro de Stephen King -que debo haber mencionado medio millón de veces- titulado "Mientras escribo", habla de los lectores a los que encomienda su obra para corregir fallos. Pues él escoge lectores de su confianza, pero busca lectores que "no sean objetivos", ¿curioso, no?
Además, para gustos los colores. Fíjate, yo puse un relato mío en Prosófagos y una persona me dijo que le encantaba el primer párrafo (una descripción geográfica) y otra persona que debía eliminarlo sin dilación.
¿Qué hacer?
Bueno pues voy acontarte el secreto del maestro King, que además es tu caso: si tres lectores aprueban tu escrito, y un cuarto no. Haces caso de la mayoría. Y si empatan, ganas tú y haces lo que te da la gana.
Osea, que esa novela se queda en la agencia. Vamos, faltaría más.
Un beso.

Sergio G.Ros dijo...

P.D. Creo que acabo de hacer el comentario más largo escrito jamás en ningún blog. Podéis tirarme tomates si queréis.

Velkar dijo...

De quien tienes que fiarte es de los lectores, pues ellos son los que realmente le sacarán un partido u otro a la novela.

Felisa Moreno dijo...

Gracias por compartir tus dudas, yo lo hago a menudo en mi blog, creo que a todos nos viene bien leer que no estamos solos en este camino que hemos iniciado como escritores, aún me cuesta denominarme así "escritora" y eso que ya tengo una novela publicada.

Un beso y ánimo, no te dejes llevar por una opinión, sobre gustos... ya sabes.

Lola Mariné dijo...

Ya sabes lo que opino: varias opiniones a favor y una en contra te pueden dar que pensar, pero no dejar de lado un proyecto.
Habla con Joan, seguro que te ayudará a verlo más claro y trabajarlo para que quede perfecto.
Eso es lo que importa, que un@ mism@ esté convencid@.

Jesús F. Alonso Asensio dijo...

Hola Montse,
ya hablaremos de esto con detenimiento, pero pienso que deberías seguir adelante con el proyecto. Crees que tiene lagunas y fallos, pues los arreglas, pero como ya han comentado por aquí no a todo el mundo le gustará, y también debes aceptarlo. Y pienso que si Joan te ha dicho que adelante...pues adelante. Le supongo una persona muy curtida en este tema y que él vé detalles que muchos otros podamos no ver, por lo que yo seguiría su consejo.
Un abrazo.
Jesús

Blanca Miosi dijo...

Querida Elisabet:

Me parece que no debes dejarte influir demasiado por esa única persona que leyó tu novela y no le pareció del todo buena. No tienes que hacerte mucho lío, si al padre de Sandra Bruna, que supongo tiene mucha influencia en la agencia, le pareció buena, -y estamos hablando de un hombre que lee y decide-, no veo por qué tantas dudas.

Es bueno dudar, sin embargo, es la única forma de progresar, pues quien crea que escribe de maravilla y no necesite correcciones se miente a sí mismo.

Sé que eres una buena escritora, y para mí lo eres. No porque hayas publicado, sino porque te he leído.

¡Ánimo! y ¡Adelante!, que no todos tienen la oportunidad de publicar y codearse con gente del ambiente literario. Espero ver muy pronto otra novela tuya en promoción, y que sea otro gran éxito como Estirpe Salvaje.

Un abrazo,
Blanca

Rosa dijo...

Hola, Elisabet.

Como no he leído tu novela (aunque sí otra, y me gustó mucho), hablo con la libertad de no saber si esa crítica arrolladora es justa o injusta. Mira, creo que afrontas el problema con la honestidad necesaria, y eso ya hace que tu criterio sea válido. Además, las agencias no se cortan un pelo a la hora de pedir reescrituras, correcciones o cambios, y si ellos no te han dicho nada, seguramente es que no hay nada.

Pero si tienes dudas, ¿por qué no presentas las críticas de ese amigo tuyo a los lectores de la agencia? Me parece que tienes con ellos una relación bastante cordial.

Es verdad lo que te han dicho otros: lo que una persona escribe no gusta a todo el mundo y, si la mayoría de opiniones son positivas, igual deberías pensar que ese amigo tuyo no está en sintonía con ese texto concreto.

Es muy duro cuando alguien de tu confianza echa por tierra todo tu trabajo (por otra parte, los amigos que te halagan sin tino tampoco te ayudan, excepto en la autoestima), pero tampoco tienes por qué pensar que todo lo malo que te digan es cierto. Creo que deberías contrastar las opiniones de tu amigo con las de otras personas de tu confianza, si tanto te han hecho dudar.

En ocasiones he hecho de crítica para otros amigos y a veces me he pasado de dura en mi intento de no dejarme cegar por la amistad...

Ah, y yo también recomiendo "Mientras escribo" de Stephen King. Divertido, directo, práctico y honesto para el escritor en proceso de aprendizaje, que, en el fondo, somos todos.

Alejandro Laurenza dijo...

Elisabet,

Me parece que lo más importante es lo que a vos te parezca tu propia novela. Intentando ser objetiva y sincera, claro, pero la respuesta está ahí, en vos misma.

Todos somos diferentes, y lo que que para uno es bueno para otro puede no serlo tanto. Subjetividad que le llaman, :-).

Alguna vez escuché una entrevista a León Gieco, cantautor argentino, donde le preguntaban cómo tomaba él las críticas. Y su respuesta fue algo así como que no hay que creerse todo lo que a uno le dicen, ni las cosas buenas ni las cosas malas...

Un saludo,
Alejandro.

Daniel DC dijo...

Hola Elisabet,

Luego de leer tu comentario sobre la novela de nuestra querida amiga Blanca, me llamó la atención visitar tu Blog; eso es lo bueno de generar polémica.

Tu entrada: “Dudas existenciales” trajo recuerdos de mis inicios en la industria del entretenimiento.

Hace más de una década, comencé a tener dudas sobre mi capacidad como realizador de historias debido a los comentarios de algunas personas. Eso no me desanimó; lo tomé como un reto a superar y estudié cinematografía. A pesar de haberme graduado summa cum laude, siempre busco la perfección y escasamente me siento satisfecho con cualquier trabajo que hago.

En el 2001, tuve un sueño lúcido que dio origen a lo que hoy es mi ópera prima: La Estrella de David. Cuando quise realizar la historia como una película, nadie creía en mí y algunos críticos consideraron la historia como una basura.

Al no conseguir apoyo económico y patrocinadores, tuve que valerme de mis ahorros de vida y con la ayuda me mis padres y algunos amigos, intentamos realizar el proyecto.

Se presentaron inconvenientes en la postproducción que imposibilitaron terminar la película y a mí por poco no me dio un infarto.

Luego de pasar por una profunda depresión, me armé de valor y trasformé la película en una novela de 96 páginas.

Se publicó el 20 de agosto pasado y en menos de 24 horas la novela entró en la lista de los libros más vendidos en español en Estados Unidos y está a punto de agotarse la primera edición.

No permitas que las dudas te sumerjan en el agobio. El oficio de escritor es duro pero si amas la profesión, forzarás tu temple y pulirás tu técnica.

Un cordial saludo,

Daniel DC

Daniel DC dijo...

Fe de errata: el comentario que despertó la polémica sobre la novela de Blanca, lo hizo Anika. Disculpa la confusión Elisabet; de igual forma me alegra haber entrado en tu Blog.

Un cordial saludo,

Daniel DC

Xavier Borrell dijo...

No sé Montse, tú eres una buena escritora y no creo que te haya salido un libro tan malo, aunque para gustos los colores.

Esther dijo...

Pues, Eli… por mi parte, te diré algo que puede sonar extraño, pero en lo que creo sincera y honestamente: me alegra por vos.

Sipi. Por lo siguiente.

Si vos confías en esta persona que te dio una opinión negativa, entonces yo también confío en esa persona, aunque no sepa más de lo que sé por esta entrada. En caso contrario, debería desconfiar de vos como escritora, y no lo hago, ni por las tapas. Lo cual no significa tomar al pie de la letra sus críticas, por supuesto; todos somos subjetivos y todos nos podemos equivocar. Pero lo mismo vale para quienes te dijeron que la novela es buena… En estas cosas, lo cuantitativo no tiene por qué ser un buen argumento de juicio.
Pero esto lo sabés. Si no lo supieras, no existiría esta entrada. Primera razón para alegrarme por vos.

Estás dando la pelea por tu propia obra, con lo único que podés darla en serio: pensando en qué hacer con ella, cómo darle más consistencia, rellenar lagunas, etc. Como autora, es la pelea que te toca dar, y la asumís a pie firme (las dudas son parte de ese asumir, claro). ¿Cómo no alegrarme, entonces?

Por último: la última parte de la entrada me hace pensar que no estás pasando simplemente por un mal momento a causa de un manuscrito. ¿Te acordás que antes de la publicación de Estirpe Salvaje hablabas de que era como un parto? Bueno, eso. Me queda la íntima sensación de que estás pariéndote a vos misma como escritora. Otra vez, porque ya lo has hecho antes: por eso llegaste a donde has llegado (y no me refiero a publicar, me refiero a escribir, en cursiva y negritas).
Lo cual es terrible de pasar, pero… Me alegra por vos, Eli: cuando la confusión remita, el tumulto se aquiete y consigas tomar tus dudas y construir con ellas una mejor escritora… ¡Ah! Entonces, amiga, habrá una Elisabet escritora mucho mejor que la actual.

Que el que seas buena ahora no significa que no puedas ser mejor, ¿no es así?

Digamos, a veces se crece lentamente, de a poco. A veces… a veces hay que parirse a uno mismo, aunque las contracciones duelan como el infierno.

Estoy segura, y pongo las manos en el fuego por esta seguridad, porque no me quemaré, de que podrás tomar tus dudas y construir con ellas una mejor escritora.

Y que esta novela estará, en algún momento, en las estanterías de las librerías.

Cariños!
Esther

Elperejil dijo...

Las dudas siempre son buenas, pues nos llevan a formularnos preguntas y buscar respuestas... siendo muchas veces más importantes las propias preguntas que las respuestas.

Están muy bien las dudas formales y las estructurales o narrativas, pues nos llevarán a investigar como mejorar nuestra prosa o contar mejor nuestras historias.

Las existenciales... son humanas e inevitables, pero más peligrosas, pues nos pueden llevar a cuestionarnos a nosotros mismos. Escritora eres pues sientes la necesidad de contar historias y, de hecho, ya has conseguido publicar y tienes agente (lo que te da el plus de "profesional", pues es tu profesión o, al menos, una de ellas). Así que tras el natural agobio inicial, deberías abandonar el cuestionarte a ti misma.

Así que usa los consejos de ese escritor -si de verdad te fías de él y crees que son opiniones razonadas y válidas- para encarar las primeras, las técnicas, pero no dejes que entren en el campo de los segundo... pero tampoco te obsesiones con los rollos técnicos ni dejes que estos acaben por dominar por completo tu pulso. El peligro de la técnica y la ortodoxia (siendo importante conocerla y dominarla) es que puede llegar a ahogar el tono de la propia voz, y un texto impecable pero sin personalidad nunca llegará a cautivar y emocionar.

Buena suerte con ese nuevo libro y espero verlo pronto en las librerías.

Blas Malo Poyatos dijo...

Tu sinceridad es encomiable, Montse. ¿Tan mal lo puso ese lector, como para pedirle a tu agencia que retire el libro?¿Tan importante es su opinión?

Tú sabes bien lo que cuesta hacerse un hueco. ¡Y tú lo has conseguido! Y en tu Agencia son profesionales los que han decidido apostar por ti. Para ellos, elegir tu novela seguro que no es casa de azar ni por gusto. Habrán visto "algo", ¡creételo! ¿Hay que mejorar? Por supuesto.

Diez años de oficio darán tablas, pero no creo que se requieran tantos. Escribe y sé feliz.

Un saludo

Susi - Mis Primeras Puntadas dijo...

Esas dudas suelen surgir un día si y otro también, pero debemos creer en lo que hacemos.

No escribas para los demás, escribe para ti misma. Moldea tus creaciones hasta que logres estar satisfecha y segura con ellas.

Siempre existirán diferentes opiniones, pero en este caso, la que importa es la tuya. No te cierres a la crítica constructiva, pero no dudes sobre lo que has hecho. Nunca. Dudar es tirar abajo nuestro propio trabajo.

Montse de Paz dijo...

¡Hola! Lo primero, agradezco MUCHO vuestros comentarios, tan diversos y tan alentadores. He disfrutado leyendo algunas de vuestras reflexiones. A los que pasáis por mi blog la primera vez, Daniel, Felisa, Velkar, Libra… ¡bienvenidos! La verdad, no esperé tantas respuestas a un tema poco gratificante…

Os comento dos cosas: una, no me voy a desanimar, por supuesto. Estos tropiezos son desafíos que al final no hacen más que espolearme. Y otra, que seguiré confiando y haciendo caso de la persona que me hizo la crítica… porque tiene sus razones, porque sé que lo hizo con la mejor voluntad y con cariño y porque, como dijo el maestro de Karate Kid a su discípulo en cierta ocasión: “mal sabor, buena medicina”.

Por supuesto, como buena “madre”, intentaré salvar a mi criatura, ¡aunque la tenga que llevar al quirófano para hacerle un cambio de look! Sólo espero que salga más bella, y no una especie de Frankenstein…

Abrazos.

Fernando Alcalá dijo...

Madre mía, Montse. Al leer esta entrada me he sentido completamente identificado con ella. Y por la misma razón:

Una de mis novelas le ha gustado a mi agente pero, tachán, nadie sabe cómo catalogarla si "juvenil o de adultos". Creo que es la novela que más quebraderos de cabeza me ha dado y también estaba pensando en retirarla. Me gusta, sí. Creo que está bien escrita, sí. Pero al mismo tiempo le veo "algo" que sé que hace que no encaje, no sé qué es, es "algo". Cómo te entiendo. Mi agente y yo todavía estamos intentando discernir qué hacer con ella.

Yo pienso que, quizá, si tengo suerte y se me publican las otras que están en circulación esta sea más fácil de colocar una vez los editores y lectores se hayan hecho una idea de mi estilo y demás. Así que, no sé.

Lo más juicioso a mi punto de vista en mi caso es dejarla reposar (a pesar de llevar casi 3 años con ella. uno y medio desde que terminé el borrador. otro año y medio dándole vueltas y reorganizándola y añadiendo y quitando cosas) hasta que encontremos el momento o yo me encuentre con fuerzas para retomarla.

Ya hablamos a ver si nos aclaramos!!

Animo!

Montse de Paz dijo...

Fernando, gracias por tu comentario. ¿Sabes? La dificultad de catalogar una novela, aunque no lo parezca, es un PROBLEMA GORDO. Porque finalmente, una novela publicada es un producto, y si no va bien enfocado a un cierto segmento de público, posiblemente no se venda bien... Sí, a veces uno piensa que lo que escribe es "suyo" e inclasificable, pero el mundo editorial no piensa así.

Si lees las opiniones de muchos colegas que han pasado por aquí, verás que algunos aconsejan escribir para uno mismo y olvidarse de las críticas. Eso es bueno para la autoestima, pero cuando te propones publicar ya no escribes para ti solo, hay que pensar en el lector... y eso es algo que no podemos olvidar.

Bueno, Fernando, tu consejo es muy razonable para esa y todas las novelas. A menos que sea un puntazo, mejor dejarla reposar... aunque en este caso, no bastará con eso :)

Un abrazo y mucha suerte con tus publicaciones.

Fernando Alcalá dijo...

De nada, Elisabet!! Siempre es agradable encontrarse con colegas que tienen los mismos problemas que uno.

Yo, la época en que escribía para mí, ya la pasé. Desde que me puse a escribir novela no puedo evitarlo, siempre pienso en el lector (al menos en el proceso previo a la escritura y en el posterior). No soy capaz de quitarme la sensación de escribir "para alguien" y descubrir quién es creo que es una de las tareas más difíciles ante las que nos encontramos (y mira que son muchas).

Coincido contigo en que es un problema gordo. Quizá no lo es tanto cuando ya tienes una trayectoria y un lector fiel, que sabe qué puede encontrarse cuando te lee. Pero mientras te haces hueco es importante saber para quién escribes y, así, ganarte su fidelidad.

Al menos (así, muy sesgadamente porque hay miles de matices que no caben en un comentario y menos en mi cabeza de domingo) es lo que pienso.

Mián Ros dijo...

Yo soy de los que escribo para mí; si la suerte llama a mi puerta y publico, bienvenida sea, pero creo que la esencia de cada novela está en el puño de la pluma que la escribe, no en los arreglos de los editores; con razón coges cualquier libro y en el 60% de los casos, si no miras el autor/a los textos son afines, como fotocopias; nos condicionan en unos márgenes que claudicamos como números matemáticos dentro de una secuencia o serie. Yo, que trabajo en un centro comercial, por suerte o por desgracia, veo las montoneras que hacen cuando presentan un libro y ves pasar a la gente con los carros de la compra y echar el libro como el que coge un paquete de fideos; el 40% no mira ni la sinopsis, qué te pensabas. Estoy seguro que si coloco mi novela en una pira a la puerta de la tienda como lo hacen con otros libros SEGURO que ahora sería un best seller, o ¿crees que no? Estos libros no luchan en las mismas condiciones con otros libros que están escondidos, y si tienes suerte o te lo han recomendado encontrarás un ejemplar, de canto, entre miles de ellos.
¿Tú crees que Cervantes escribió El Quijote pensando en la publicación?, o ¿Tolkien tenían en su mente hacerse de oro cuando escribió El Hobbit y varios cuentos para contar a sus hijos? Si estos ilustres escritores levantaran la cabeza y vieran que la literatura es un producto... serían los primeros en CLAMAR AL CIELO. Ahora se busca eso que se llama NEGOCIO, a las editoriales les importamos bien poco por no decir alguna brutalidad (por si hay niños), y que tu novela sea plana, insulsa y no deje en las mentes un estremecimiento especial es lo de menos, lo importante para ellos es que vendas, que vendas; y si esto ocurre te pedirán más, y más, pero dentro del mismo estilo, no lo olvides. Sabías que Follett tras presentar los cuatro primeros capítulos de Los Pilares de la Tierra, fue rechazado; la editorial le recomendó que recapacitara y que volviera a su estilo donde vendía miles de copias; claro, cómo la gallina de huevos de oros va escapar del gallinero, eso no puede ser. Pues Follet escribió la novela y les dio en los morros consolidando sus sensaciones; así, Los Pilares de la Tierra se alzó como su obra maestra. ¿Qué quiero decir con esto?, pues que sigas lo que dicte tu corazón, escribe sin separarte del equilibrio que hayas alcanzado haciéndolo y disfruta, si lo haces, lo que salga de tu mano puede ser maravilloso.
Se me viene a la memoria algo que leí hace bien poco y que, precisamente viene al caso, algo que dijo el escritor Paulo Coelho: "creo que si hubiera recibido críticas positivas de mis libros no hubiera vendido millones de ejemplares".
Ahí es nada, ese es un escritor.
En fin... sé tú misma, intenta que nadie te cambie.
Un abrazo muy fuerte, Elisabet.

Juan Carlos Garrido dijo...

Elisabeth:

Lo más probable, es que, tanto tu amigo el escritor como el agente tengan razón, por más que ambos postulados se antojen contradictorios. Los escritores mantenemos un nivel de exigencia que no tiene mucho que ver con el de el lector común. Yo mismo, cuando leo algo mío de un par de años atrás me sonrojo, y, por eso mismo, no envío nada a concuso sin volverlo a corregir de arriba a abajo. Y este no es un proceso que pueda detenerse con el tiempo, a no ser que te estanque como escritor y te limites a escbibir una y otra vez la misma obra con disferente título.

Saludos y enhorabuena por la publicación.

Montse de Paz dijo...

MiánRos, ya te respondí en otro hilo :) Gracias.

Sombras Chinescas, gracias por tu visita al blog y por tu aportación. Me siento totalmente identificada con todas tus palabras. A veces pienso que cuando los escritores somos algo novatillos nos pasa como a los niños, crecemos y cambiamos aprisa :)